- Era absolutamente necesario que empezara. Treinta días sin fútbol no se aguantan a esta altura del año, y la verdad es que el comienzo se hizo desear. Desde Enero vengo mirando mal al que vende cadenitas en Constitución (?).
- Las ceremonias de inauguración podrán ser todo lo reivindicativas, luminosas, pomposas y esplendorosas que quieran, pero yo no cambio ni el más pedorro de los partidos por ver a Shakira.
- La canción del Negro (la que tradujo Bisbal) era cien veces mejor.
- México defiende muy, muy mal. Además de que son todos lentos (son centrales ya de 30 años), son muy ineficientes contra los ligeros puntas africanos, que si hubieran estado un poco más finos hubieran cambiado el partido.
- Además de marcar horrible, siempre la dejaban picar, en cualquier instancia; tanto delanteros como volantes y zagueros se dejaban complicar por los complicados rebotes que da la Jabulani, que sumados al hermoso césped del estadio, hacían al balón realmente impredecible. Lo peor es que no se animaron a controlarla antes del contacto con el piso, ni una sola vez. Especialmente Aguilar, que partía siempre solo (Niembro gritaba "¡Cámbienla, cámbienlaaa!" como un desaforado) y se comió como seis pelotazos en el primer tiempo por dejarla picar para la carrera en largo.
- Del equipo hoy dirigido por el carismático Carlos Parreira, tenemos que decir que cumple la norma general de toda formación del continente: es muy naif en algunas cosas, y a sus jugadores les falta oficio. Ciertos desconceptos, como el traslado excesivo (se comieron el segundo gol - pegó en el palo - porque Mphela quería ganar la posición), tratar de recibir siempre el pase del compañero (otra vez el gil (?) de Mphela, que no sólo les birlaba los pases a los compañeros - eran al vacío, se iban solos - sino que además recibía de espaldas y se tomaba dos tiempos para girar), ir al bulto sobre el rival con la pelota, o cerrarse de más y quedar mano a mano atrás, son errores que aún después de años se siguen viendo. Ni con un viejo zorro de DT se pierden las mañas.
- Uruguay acumula balance positivo en la razón Desgaste/Talento, y por eso tiene presión y buena madera para recuperarla, pero se nubla al momento de crear. Es un equipo prácticamente sin gol pero es realmente fiero, en compensación; es difícil anotarles. Para empeorar las cosas, el que VdL considera su jugador más lujoso, Lodeiro, se fue expulsado tontamente por un planchazo indigno de semejante partido, entre campeones del mundo. ¿Sos pelotudo, querido, o te hacés? (?). La Celeste debe apostar más a Nacho González, capaz de ese pase que aún sirve en el fútbol de hoy, para que Suárez y Forlán puedan aprovechar la espalda de la defensa, que tan bien lo hacen. Si no, el conjunto de voluntades se difumina con el físico.
- Francia monopolizó la tenencia pero se dejó estar. Quizás por esperar de más, dejó crecer a los marcadores charrúas (enorme error) y al Ruso Pérez, que se comió el medio y recuperó muchas veces la pelota. Y cuando tuvo el desnivel favorable por el jugador de más, sacó a un talentoso como Gourcuff, que en esa situación era necesario para quebrar las líneas uruguayas tan pegadas entre sí, para poner a Malouda, que es más corredor y apuesta más al desborde. Al repliegue de los sudamericanos, los europeos contestaron cambiando Pausa por dinámica y barullo. Claramente, no sirvió, y eso pudo haberle costado el triunfo.
Con más partidos para analizar, el feedback positivo (?) traerá más tela para el corte. Por lo pronto, mañana juega la selección así que al término, estará firme en este humilde espacio un post sábana (?) de esos que hago cuando juega la Albiceleste, con "uno por uno" y todo.
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