martes, 23 de agosto de 2011

Del visitante, y su castigo.

Y sí, me valgo de una canción de Almafuerte. Que sea Rock y que sea VdL. El blog vuelve después después de un tiempo largo en el cual, entre obligaciones primero y falta de inspiración después, no hubo actividad posteril (?).

Podrá el lector darse cuenta por dónde viene la mano de este post leyendo el título. La decisión tomada por la AFA, en desacuerdo con el CoProSeDe, devuelve a los partidos de ascenso el público visitante. Primero, quiero recalcar que leí en varios lados que "vuelve la fiesta de visitante" y eso no hace sino explicar varios aspectos de la degeneración de límites en los espectáculos. La fiesta no es patrimonio del público. A partir de esa confusión, suceden tragedias, y acá lo aprendemos de la peor manera.
Asímismo, conviene hacer un repaso histórico de la medida prohibitiva. Allá por 2007, en contexto de la Promo que Tigre le ganó a Chicago por el ascenso. Además de un golazo de chilena de Lázzaro, aquellos partidos dejaron como legado incidentes muy graves (sobre todo en la vuelta) que condujeron a la muerte de un hincha de tigre. Provisoriamente, la AFA dispuso el veto para las hinchadas visitantes para partidos de todas las categorías del ascenso, salvaguardando el derecho de piso de los de Primera División, aún cuando Chicago (y luego Tigre) era de primera en el momento de los partidos. La medida se extendió en el tiempo hasta estos días, cuando la B nacional es más taquillera que nunca.

La presencia estelar de River en la divisional, fue un revulsivo que, se ve, empujó a los cráneos de la AFA a pensar varias cosas. Caída la aberración que era el torneo de 38 equipos, se despachan con esto. Daniel Vila (la cabeza detrás de "El show del Fútbol" que va por América, y poseedor del segundo multimedios del país, Grupo uno), presidente de Independiente Rivadavia, último rival del Millo, corrió con la vaina a varios en la AFA y sacó una tajada jugosa, todo en el mismo tiro: al permitir la entrada de "hinchas neutrales" con la excusa de que todos querrían ver a River jugar por el interior, pegó la guita de doce mil entradas extra, hizo a su propio equipo visitante (?), y obligó a los popes a rever su postura en torno al público de visita. Este fue el último empujón para tomar la medida.

Ahora, ¿Qué lecturas permite este hecho? Primero, la más importante, esta medida no ha servido de nada. En estos cuatros años, la única categoría que permitió dos hinchadas en el mismo sitio, le mostró al mundo incidentes variopintos, como aquellos en un San Lorenzo - Velez (con muerte de un pibe incluida, no recuerdo el nombre). Ni hablar los que no se vieron por TV, que uno presenció por estar en la cancha, como los sucedidos en la estación de Avellaneda luego del último Racing - River. Las barras bravas siguen existiendo y han cobrado más poder que antes, basta ver quiénes fueron de garpe a Sudáfrica el año pasado. Tomando en cuenta que otro aliciente para la prohibición fue la pelea interna de la barra de Almirante Brown en Racing, también en 2007, cuando su equipo jugaba por el ascenso al Nacional B, no hay nada que garantice que no vuelvan a suceder incidentes. Ha habido tiempo para, siquiera, hacer algún avance en la erradicación de la violencia, pero nadie hizo nada. Los clubes sólo se adaptaron a la nueva realidad en el ascenso.

La segunda consecuencia es ver la ineptitud y desidia de varios dirigentes en muchos clubes. Esa adaptación a la realidad que decíamos antes, se puede ver así de fácil: en canchas aún en construcción, como aquellas de Chacarita y Atlanta, no existen aún tribunas para los visitantes. Si es ésto una consecuencia o una de las muchas causas que llevaron a la medida de la AFA, no se sabe. Se podría esgrimir que las posibilidades económicas de clubes más chicos son limitadas. Eso no quita que las canchas nuevas se hicieron igual, ¿justo quedaron sin hacer esas tribunas? Pucha, che, qué casualidad. Esto podría interpretarse como que los clubes de la B no tienen interés en que su propio público vuelva a otras canchas, si no pensaron en que otras hinchadas pudieran ingresar a su propio estadio.
De la misma manera, puede hablarse de la inoperancia del propio CoProSeDe, que no acatará la medida en partidos de la B metro, C, D, Argentino A y Argentino B, asegurando que "no hay garantías" para que esos partidos se realicen sin incidentes. ¿Cuánto tendrá que ver el mango que se ahorran por los operativos? No lo sé...

La tercera lectura se deriva de lo anterior: ésta postura sólo beneficia a River. Acaso Rosario Central, y en menor medida Gimnasia (LP), Huracán, Chacarita y Quilmes logren aventajarse de la vuelta del público visitante. La gran mayoría de clubes que disputan el torneo hoy, equipos regionales y con pocos hinchas, no sólo no ganan nada, sino que acaso pasarían a perder guita a partir de ahora. Por ejemplo, ¿Cuántos hinchas de Deportivo Merlo podrán pagar su entrada e ir a ver al suyo a la Tacita del Plata, contra Gimnasia de Jujuy? De esa misma manera, la barra obviamente no garpa, lo que significa una erogación extra que antes no estaba. Serán pocos los clubes que puedan trasladar su partido contra River a estadios más grandes, para poder recibir mayor dinero por las entradas. Y eso sólo implica un ingreso, contra el egreso monetario antes señalado. Por ende, la gran mayoría pierde. Esto no es un favor que River le hace al resto, como leí acá, sino que es un guiño para el club de Núñez.
Los otros que podrían beneficiarse serían los clubes que actualmente militan en la B metropolitana, por la cercanía de los rivales. Pero en esta categoría (y en las inferiores) el público no volverá, como se dijo arriba, lo cual refuerza la conclusión.

La fecha que viene vuelve a rodar la pelota. Vuelven los visitantes, y aquellos hinchas sanos reciben la noticia con alegría. Acaso vuelva la violencia, sin embargo, y nada habrá cambiado.