jueves, 29 de julio de 2010

"Sï, de a poco vamo' encontrando la idea de juego..."

- River, y en busca de recuperar su identidad, de la mano de Cappa y el tiki tiki.
- Boca, con buen pie y otro técnico que apuesta al fútbol bien jugado, el grosso Bichi Borghi.
- Racing, reforzado y, otra vez, con buen técnico.
- Independiente, apostando a mantener lo (muy bien) hecho la temporada pasada.
- San Lorenzo, con el mejor DT argentino.
- Estudiantes manteniendo la base que le dio el mote de mejor equipo del país.
- Velez con su excelente plantel más un jugadorazo como Augusto Fernandez.
- Lanús con sus pibes al servicio del buen juego.
- Las posibles revelaciones.

Siempre es un deseo, pero esta vez hay una expectativa, la de ver buen fútbol. Material, hay.

martes, 27 de julio de 2010

Se fue Maradona.

Honestamente, en VdL no imaginamos que iba a pasar esto. Estaba todo dado para que siguiera. Pero, en otra mirada, se puede decir que otros técnicos de campañas similares en copas del Mundo también fueron cesanteados, lo que habla de cierto trato igualitario, malo parejo (?) digamos. Hasta se dieron esl gusto en AFA de hacerle la careteada de "seguis vos pero con otros colaboradores, que no conocés, nunca viste y vas a tener que conocer a medida que los ves en las prácticas y me reportan todo lo que hacés". Y, diría que no yo también, fuera el puesto que fuera, porque eso es una muestra de que no confían en uno.

Por su parte, Maradona se va de la selección con el record de porcentaje de partidos ganados, aunque la dimensión cualitativa de sus victorias desmerece un poco la magnitud de su periplo por la Albiceleste.

El serrucho Batista no perdió oportunidad y ya tiró la lista para el amistoso con Irlanda. No se da cuenta de que se quema él dando la lista tan rápido; un espectador podría pensar que la tenía elaborada de antemano. Pero eso ahora no importa.

No queda más que definir a los posibles sucesores. Quien escribe insistirá con el mismo nombre de siempre, el que se puso en la mesa colectiva (?) de este blog, desde su existencia, en todas las sucesiones de DTs que tuvo la selección: el nombre de Ramón Ángel Díaz. Aunque otra vez seguro lo mufamos y no va a agarrar. Un bajón (?)

domingo, 11 de julio de 2010

España campeón del Mundo.

Un premio, ni más ni menos, al laburo. A la seriedad de los diferentes técnicos, que apostaron a una generación de jugadores sin deshacer todo lo hecho por sus antecesores.

Claro que son los jugadores los que juegan. Y no se podría haber hecho sin los cracks que tiene España en esta generación. Xavi, Iniesta y el gol clave, Villa (muy flojo hoy), Alonso, Fabregas que cambió el partido. Los demás por supuesto que no son picapiedras. A eso le sumás un libreto complicadísimo bien aprendido, y te queda España. Te queda un equipazo.

¿Es merecido? Sí. La Roja se llevó todo: Copa, premio Fair Play, posiblemente balón de oro nacional. Siempre buscando el arco rival, eliminó merecidamente a Portugal, sufrió de más pero venció con justicia a Paraguay, volteó al que era el favorito de este blog (Alemania) dándole una cátedra de fútbol y llegó a esta final con el mote de candidato. No le pesó, se cargó su primera final como un equipo veterano, se apegó a su libreto y, como en todos los otros partidos, ganó bien.

La Naranja, por su parte, tuvo sus chances, no las aprovechó y debió terminar el partido con varios jugadores menos. Siento pena, personalmente, por tipos como Van Der Wiel, Van Bommel, Sneijder, Van Bronckhorst y Stekelenburg, que jugaron esta final como las circunstancias lo demandaban y se quedaron sin nada.

Así como la prensa deportiva argentina no es fidedigna de lo que piensa el futbolero promedio, es lógico suponer que en España sucede lo mismo. No queda más que felicitarlos por lo que hoy han logrado; meterse en la élite de los más selectos, y fuera del continente (por primera vez para un europeo). Un paso hoy trunco para Holanda, que por tercera vez queda ante la puerta de la gloria.

Los argentinos, que todo lo sabemos, podríamos aprender muchísimo de España y su triunfo. Muchísimo.

jueves, 8 de julio de 2010

Balance misceláneo (?) de SA2010

A falta de dos partidos, aún cuando sean los que definen los primeros puestos, a esta altura del máximo certamen a nivel mundial de fútbol, con 62 cotejos disputados, ha mostrado todo lo que tenía al público. Con todas las cartas sobre la mesa, hacemos una breve reseña sobre lo que creemos los puntos altos y bajos de esta edición de la Copa.

Pros:

-El buen juego de algunos: España juega lindo, Holanda también. Ni hablar Alemania, aún habiendo perdido. Ghana mereció más porque jugaba bárbaro. Equipos diversos, vistosos como Chile y Estados Unidos, hasta equipos hechos y derechos como Paraguay, Uruguay, tuvieron un nivel que, si bien no es nada histórico, es totalmente superior a lo mostrado en los últimos dos Mundiales. Esperamos se mantenga esta tendencia la próxima.

-Las transmisiones
: sin dudas lo mejor de este campeonato. Además de la magia de las emisiones en HD, hicieron interesante hasta los compilados de los entretiempos, en los que se veía hasta el laburo táctico. No sé a cuánta gente tendrían laburando, pero salió bárbaro. Además no tenía comentarios (?). Diez puntos.

-Los horarios: si bien mucha gente estaba laburando, la flexibilidad de los horarios, incluso en los partidos que iban 8:30, permitió que todos miraran aunque sea un rato de varios partidos. Además destaca la puntualidad. Acostumbrados a entretiempos de media hora, los quince minutos pasaban rapidísimo en comparación, algunos dicen que el doble de rápido (?).

-Las conferencias de prensa: ya en un aspecto un poco más camarillero (?), algunas charlas fueron simplemente espectaculares. Dunga pegándole a Cruyff, Maradona pegándole al que se le cruce, los periodistas preguntándole a Pastore de la salchicha alemana (?), declaraciones post-eliminación en Italia, Nigeria y Francia... Te cagabas de risa, qué no, dale (?).

-La expectativa: cada vez más gente le da bola al fútbol, y aunque el Mundial es cuna de hinchas barriletes, muchos empiezan a mirar más fútbol a partir de aquí. Mientras haya un futbolero de ley más por cada mundial, el deporte sigue vivo.

-La "justicia": pasó de ronda el que mereció pasar, el que propuso, y el que no, se quedó afuera. Salvo alguna excepción (ahora mismo se me ocurre Uruguay en cuartos), no hubo que aguantarse un Italia 2006 que inexplicablemente pasaba de ronda.

Ahora sí, pasamos a las manchas, al repudio (?). Aquí están estas son, las contras:

-Desilusión: claramente en el marco personal de los argentinos. Otra vez en cuartos, un bajón.

-Los arbitrajes: y no nos referimos a los bigotes (?) en sí, sino a sus colaboradores. Un mundial horrible tuvieron los líneas, obviando goles totalmente válidos, cobrando muchísimos offside que no eran o, al revés, convalidando tantos claramente ilícitos.

-La Jabulani: La NASA dijo que, según una investigación, la pelota del Mundial tendía a deformar la trayectoria a más de 72 km/h. VdL, basándose en sus observaciones, manifiesta que la pelota "es una poronga" (?). Mucha tecnología, muchachos, pero a la pelota se juega pegándole, y cuando le pegás a ésta, se te levanta o te viborea. Vuelvan a la magia de las tipo Tango.

-La organización: pelotas que faltaban, la jodita de transmitir las repeticiones con telebeam a 50.000 personas en pleno partido, el mal estado de las canchas tras varios partidos. Cada granito fue sumando.

-La mala cobertura: lo mismo de siempre, bah. 24 horas de transmisión llamada Sudáfrica 2010 necesitan llenarse con algo. Así tuvimos que bancarnos escuchar a toda la cohorte de pseudoperiodistas que fue al Mundial hablando del clima, o repitiendo como si de una lección se tratase los kilómetros que separan un estadio de otro, o las horas de viaje. Si a eso le sumás la desinformación, las preguntas boludas, o los videos pedorros de los entrenamientos, estás hecho. Rescatamos el laburo de Kuffner con Latorre y el Enzo en Canal 7, más los informes de Diego Markic para Indirecto, pero no mucho más.

-El "arlequinismo": un mal claramente pandémico, el llamado Arlequinismo está en todos lados. De otra forma no se puede explicar cómo tantos pelotudos van a ver los partidos para hacer la Ola con la cara pintada, tomando esas cervecitas caretas, con toda la parafernalia de carnaval y ese cáncer de la sociedad toda (?) que son las vuvuzelas, ícono máximo de que en Sudáfrica en su puta vida miraron fútbol.

-El miedo a perder de muchos: Todo dicho. Dio la impresión que se prefirió conservar resultados dignos pero inútiles antes que tomar riesgos y exponerse. Se entiende que los equipos "salgan a estudiarse" pero en la medida justa. Cuando vas a no perder, vas al pedo.

-Los barras: esto no es nuevo. Tampoco es nuevo que se fajen por las calles de las ciudades, como sucedió esta vez. Tampoco es nuevo que hubiese deportados. Tampoco es nuevo que los Clubes y la AFA tuvieran algo que ver. Sí es más llamativo esta vez, quizás, la alevosa conexión que existió entre Estado y Barrabravas, pero ese es otro cantar. Lo cierto es que ahí estuvieron los "hinchas caracterizados" dejando bien alto el aliento argentino. Bárbaro, eh. Bárbaro.

-"El uso de la tecnología": ya lo dijimos en su momento en el post de Argentina-México. ¿Qué tiene de malo un chip en una pelota? Lo de los offside es más discutible, pero si vas a usar la tecnología video-graph, que sea a favor de la autoridad del partido y no para desacreditarlo. Lo mismo podría decirse de los aerosoles para las barreras, que en Argentina se implementó con éxito y para el Mundial que viene podría hacerse el intento. Pero no va a pasar. Ni eso ni lo otro.

Opino, en síntesis, que el Mundial, que es ni más ni menos que 64 partidos de fútbol, y metiéndose únicamente en ese aspecto, fue muy bueno. Lo más importante era ver el partido y muchos no sólo no me decepcionaron, sino que me sorprendieron. Extrapolando el fútbol a todo lo que lo rodea, encuentro los mismos defectos de siempre. Te puede dar bronca, indignación, lo que se te ocurra. Pero es tan linda una Copa del Mundo, y uno cambia tanto entre una y otra, que te podés olvidar.

lunes, 5 de julio de 2010

El Mundial que hicimos.

Si bien ya es un poco redundante, entre tanta pluma gastada, tocar este tema, me pareció sensato esperar un par de días para aclarar el pensamiento sobre el desempeño general de la selección.

Decidí dividir el periplo en sudáfrica en 2 partes, por una cuestión tanto práctica y futbolística y lógica: la primera ronda y las llaves eliminatorias, entre las cuales Argentina tuvo un desempeño marcadamente distinto.

Pero bien vale ir más atrás en el tiempo para encontrar un trasfondo que permita abordar el Mundial desde el día 1. Para los memoriosos, se clasificó venciendo a Perú por la mínima, con un gol de Palermo que le valió el pasaje, y luego a Uruguay en el Centenario, obteniendo un triunfo en tierras charrúas después de 34 años. Después vendría la fatídica conferencia de prensa con pedidos de fellatios varios (?), que rompería definitivamente su relación con la prensa, previamente desgastada. Aquel día en Montevideo, Diego paró a Romero; Otamendi, Demichelis, Schiavi, Heinze; Jonás, Verón, Mascherano, Di María; Messi e Higuaín. Sacó a los tres últimos por Bolatti, Monzón y Tévez y tiró al equipo espantosamente atrás cuando nos pusimos en ventaja, y funcionó. El partido fue horrible e hicimos un gol de pelota parada después de una patriada de Jonás.

Cuando se vio al equipo clasificado, y con otra paz y predisposición, hubo tiempo para probar otro sistema en vísperas a un amistoso de jerarquía: luego de Uruguay, la selección se mediría ante Alemania en un partido que, según palabras del propio Maradona "era de cuartos de final" y que brindaría más certezas que indicios sobre los 23 jugadores que nos iban a representar en la cita mundialista. El encuentro dejó ver a Diego en una faceta cauta, apostando a la solvencia defensiva y apostar a algún contraataque, y otra vez funcionó. La formación inicial fue la misma que contra Uruguay, con la sola inclusión de Samuel por Schiavi, y también el libreto se mantuvo: un equipo bien parado atrás, no muy ancho, cuatro centrales, Verón manijeando y Di María tratando de ir al ataque. Funciones bien claritas y sin volantes mixtos. Un equipo que, de tener a Messi inspirado, era muy peligroso, pero especulador.

Así las cosas, el mundial se aproximaba cada vez más y el tiempo para laburar variantes fue acortándose. Ante la posibilidad de que se lesionaran jugadores, se decidió jugar pocos amistosos, y presentar a jugadores locales para los ya programados, como contra Haití y Jamaica. Días antes del comienzo del certamen, Maradona dio una preselección y luego una definitiva nómina de jugadores, que se inclinaba aún más al estilo del partido con Alemania. Con la inclusión mayoritaria de defensores centrales (sólo Clemente), escaso buen pie por los costados (sólo Di María), y un delantero de más, empezaba el trabajo previo al primer partido, contra Nigeria.

No obstante, a medida que el periodismo cubría los entrenamientos, se hablaba de un cambio consistente en el ingreso de Tevez al once inicial, festejado por el ambiente, que idolatra al Apache y sostuvo durante ese tiempo que salir con ese planteo un tanto defensivo ante un rival del fuste de Nigeria era demasiado conservador. El Dié compró y metió a tres puntas contra los africanos.

El partido finalmente terminó con la abstinencia. Aquel día, se le ganó a un equipo nigeriano muy ligero arriba, con un gol de pelota parada de Heinze. A pesar de suponer que tanto Verón como Tévez y Jonás (de 4) se superpondrían por derecha, eso no sucedió nunca, y la escasa colaboración en la marca de ambos hizo de nuestra banda una invitación al ataque rival, hecho que se mantendría en los subsiguientes partidos. Messi, el Gringo y Mascherano fueron figuras.

Tocaba Corea del Sur en el segundo enfrentamiento, y hubo un par de cambios. Verón, con una sobrecarga muscular, dejaba su lugar a Maxi Rodriguez. Metía entonces Maradona a cada jugador en su puesto, haciendo las veces Messi de enlace para Tevez e Higuaín, que se luciría y marcaría tres goles. Agüero también tendría una actuación interesante, pero entrando desde el banco. No obstante, el equipo luego de dos partidos empezaba a evidenciar desacoples defensivos y falta de garra en un mediocampo que dependía demasiado de Mascherano y se exponía a quedar fragmentado, siendo escaso el aporte ofensivo de los volantes.

Aún siendo un equipo un poco falto de equilibrio y por momentos lento, se ganó en ambas presentaciones y para el último partido de la fase de grupos, la selección llegaba prácticamente clasificada y dándose el lujo de hacer cambios. Con un equipo totalmente distinto, Argentina vencería a una Grecia 100% rústica, con Demichelis abriendo la cuenta pero de un partido horrible en defensa, complicándose solo ante un rival que atacaba con uno.

En resumen, la selección avanzó a octavos caminando. Los flojos rivales poca resistencia pudieron oponer ante las individualidades argentinas, que llegaban con claridad y poder de gol al arco rival, pero de manera más impulsiva, individual, que triangulando y aprovechando a los volantes. El hecho de que los goles los convirtieran delanteros y defensores muestra el mal Mundial que tuvo nuestra línea media. Tirar a los talentosos y la chapa en la cancha sobró para clasificarse. Maradona mostró, aún así, agilidad y buen tino para las sustituciones, y desde el banco se encontraron revulsivos para cuando los partidos se iban cerrando.

Y también sobró para ganarle a México
. Por la llave de octavos, el cuerpo técnico tomó conciencia de los defectos que presentaba la selección y obró en consecuencia. Otamendi (de buen partido ante Grecia) se quedó con el lateral izquierdo en desmedro de Jonás, y Rodriguez seguía en el equipo, relegando a Verón. México complicó muchísimo en los primeros minutos con remates de afuera y atropellaba a nuestros volantes, con su buen manejo y descarga rápida. Ese tipo de juego, claramente, complicaba a los nuestros, que tenían un juego más lento para hacer más daño con los cambios de ritmo de los delanteros. Al equipo le costó horrores adaptarse a la desconexión que sufrió porque Messi tenía una marca escalonada (primero Torrado y después Marquez le salían) y porque no lo ayudaban en ataque. Otra vez un arresto individual para abrir el partido necesitó la Albiceleste para marcar un gol, ayudado por un offside clarito no cobrado. A los de Javier Aguirre se les iba el partido al tacho y Argentina lo aprovechó. Un gol más de Higuaín en su cuenta personal, aprovechando un error de Osorio, sepultaría definitivamente las aspiraciones del Tri. Fue uno de los mejores partidos de Tevez en la selección, anotando el primero y el tercero, y logrando por primera vez poner su barullo a favor del equipo. México descontó vía Hernandez, que dejó expuesto otra vez a Demichelis y otro de los defectos de la selección: Argentina era un equipo muy angosto cuando se replegaba. La ausencia de un buen volante derecho, o de volantes mixtos, dejó ese puesto muy descuidado y, aún poniendo a un central de lateral para asegurar la línea de fondo, favorecía la llegada al fondo de los volantes del rival.

Se debió tomar nota de lo sucedido en este partido. Nos esperaba el mejor equipo del Mundial y, viendo su disposición táctica, era necesario replantear varias cosas en el fondo. La expectativa del público quizás jugó en contra al momento de hacer cambios. Alemania tenía cinco volantes, todos ellos de buena técnica y fenomenal despliegue, que presionaban en bloque, aprovechaban muy bien los huecos de los laterales y descargaban a dos toques. Maradona decidió no realizar modificaciones.

Y fue su primer error en el Mundial.
Ayudado por el gol coyuntural y el nerviosismo del inexperto Otamendi, el equipo teutón fue superior en cada línea, asfixió a los atacantes argentinos con mayoría numérica y derrumbó la solidez defensiva que habíamos mostrado hasta ahí, paradójicamente cuando Demichelis jugaba un gran partido luego de flojos desempeños en los tres anteriores. El resultado es conocido.

Con las valijas hechas, se abría paso a la crítica. Perder la mitad de cancha en el partido fue clave. Dejaba el equipo un hueco justo en el vértice del rombo que correspondía a Messi y, desde ese espacio, los dos alemanes que lo ocupaban (Schweinsteiger y Khedira) armaron todo el equipo y se comieron crudo al crack argentino. La ausencia de Messi les facilitó la tarea defensiva, y la mala tarde de Otamendi les facilitó la ofensiva. Maradona pecaría, dos veces en esta instancia, en no meter cambios en el entretiempo. Su equipo se comía el segundo y quedaba totalmente groggy para cuando el decidía meter a Pastore para la creación. Tampoco era el partido de Tévez, que no gravitó y en su barullo no aportó nada. A la suerte hay que ayudarla: Alemania lo hizo y nosotros no. Argentina, al igual que en 2006, se conminó al talento del 10 y apostó a que sus individualidades resolvieran cada situación. A Pekerman y Basile se los criticó y luego se los cesanteó por ello. Diego cometió ese mismo error y, ante un combinado que hace exactamente lo contrario, perdió sin atenuantes.

En retrospectiva, se puede decir que dejar afuera a volantes aptos para marcar y jugar le quitó variantes a la selección, así como la falta de una alternativa para partidos chivos. No quiero entrar en esa crítica sencilla, pero ya lo habíamos dicho cuando se dio a conocer la lista.

Como gran conclusión, podemos decir que la decepción del equipo se vio acompañada de un buen Mundial de Maradona, quien se mostró a la altura, y como uno más mostró aciertos y desaciertos, poniendo a Argentina quinta en mundial, un resultado digno.

Será que, si en la ilusión se enceguece, la dignidad ya no le alcanza al público.

sábado, 3 de julio de 2010

Argentina 0 - Alemania 4

Cuesta escribir. El sólo apretar la tecla del número cuatro para dejar el título puesto, es una puñalada. Afloran las ganas de llorar, la impotencia, el no encontrar respuestas. Cuesta entender por qué.

El fútbol, como en la vida, "tiene estas cosas". Limitándose al plano únicamente futbolístico (aunque es jodidísimo encontrar puntos "tácticos" en un 0-4), que espero abordar con la objetividad que siempre en VdL quisimos transmitir, se puede decir que Argentina, si tuvo un trabajo táctico pensado, una estrategia para abordar la dinámica insoportable del mediocampo alemán, no la mostró. Un gol desde el vestuario, una desatención de Otamendi (que pagó los primeros quince minutos; en el gol toma de atrás - error fatal - a Müller), y Argentina abajo en el marcador. Fantástico el movimiento del punta teutón, corriendo para la diagonal y sacándole poco más de un cuerpo de diferencia al zaguero de Velez, que sintió el gol más que el equipo y, a sabiendas de su error, jugó en consecuencia. Debió irse expulsado el argentino, que dejó vía libre para Podolski - pocas veces asistido por Boateng - y entregó todas las que tocó al rival, durante los primeros veinte minutos.

El resto del equipo se debatía en tratar de reponerse, en un caos total. Partidos en el medio por la marca ajustada sobre Messi (Schweinsteigger se lo comió crudo), se dejó un hueco enorme que los europeos aprovecharon con holgura. La formación peculiar, en "estrella" que dispuso Low en la zona de creación fue un embudo insuperable para el vértigo argentino. Ozil, Podolski y Müller por cada banda, y Khedira y Schweinsteigger dando el paso adelante, cerraban todo intento de asociarse y tomaban a Messi, mínimo, con tres jugadores, ayudándose de la buena labor defensiva de sus laterales. Sin el crack del Barcelona, mostró el equipo de Maradona carencias en la creación de jugadas, encomiándose al biandazo para Higuaín, o una guapeada de Tévez o Di María. La lentitud propia de nuestro mediocampo (que sólo tenía tres jugadores) se vio totalmente desbordada por la velocidad de Alemania,

Y a esto juega Alemania. La inteligencia para ocupar espacios y matar de contra dio chances claras de aumentar en ese primer tiempo (Klose la tiró arriba del travesaño). Argentina se ató a sí misma y pasó media hora hasta que pudo serenarse. De la mano de Mascherano, trató de priorizar el toque en corto y triangular. Aunque no se pudo y cuando, VdL insiste e insiste, había que patear de afuera, los remates fueron flojos y precedidos por jugadas excesivamente largas, sin sorpresa. "Muy flu", diría el Narigón.

El mejor momento argentino, cuando más adelantada estuvo la albiceleste, se vio cortado por el entretiempo. Quizás era ese el momento de hacer los cambios, pero a encarar la remontada salieron los mismos once, que habían terminado de manera favorable. Pero el equipo pecó en los mismos errores de antes. La entrada de un hombre de más en ataque se postergó de más, y se terminó padeciendo el retraso. Argentina salió con una presión asfixiante y trató de todas las maneras, penetrar la defensa solidísima que presentó Alemania. Pero otra vez se mostró irresoluta y, aunque no se sufría con los contraataques una segunda jugada fortuita permitió que se estirara la diferencia: No sé quién es el jugador que habilita a Podolski, pero tuvo la suerte de hacerlo desde el piso, cuando era lógico que el zaguero - Demichelis, de buen partido - saliera a cortar. El pase le salió bárbaro y Podolski tuvo tiempo, además de verse ayudado por la indecisión, tanto en Burdisso como en Romero. Tuvo el espacio y se la dio a Klose. 2 a 0.

Recién ahí entró Pastore, por un Otamendi que jugaba de arriba. El gol, de todas maneras, derrumbó a los nuestros, que no encontraron respuestas y, por el orgullo de ir al frente, terminaron de exponerse atrás. Schweinsteigger apiló a tres por izquierda tras una pelota parada, y le dio la pelota a Friedrich, que la empujó sin arquero y sepultó las ilusiones de dar vuelta la historia.

Recién ahí entró Agüero, que poco hubiera podido hacer, y menos aún con diferencia de tres goles. Fue un concierto de Alemania a partir de ese momento, y se permitió llevar peligro en cada contra. Se permitió aumentar, de hecho, la ventaja, para darle a Klose más chances de llegar al máximo récord de goles mundialistas, que ostenta Ronaldo. Un centro pasado, Burdisso que no llega y a sus espaldas, el polaco nacionalizado vulnera por segunda vez a Romero.

Un partido de esos típicos. Se va tanto al frente, pero sin claridad y con tibieza, que la efectividad del que te espera, te termina liquidando. Es la peor forma de perder, porque te da esperanzas y te las arranca. Así son las cosas. Pudo ser pero no fue. Alemania, bien parado, fue más y, a partir de su dinámica e inteligencia, partió al medio a un equipo pensado para tenerla, y sin la pelota se avocó a las faltas, y aprovechó al máximo sus espacios.

Una vez más, nos vamos en cuartos de final. Y duele como siempre y como nunca.

Romero (4): su primer partido con dudas le deja un sabor amargo. Indeciso para salir en los centros y en el mano a mano, pagó en el segundo y el tercero.
- Otamendi (2): su error al principio, que costase el primer gol al equipo, fue demasiado para su recuperación: un concierto de pases al rival, inseguridad, intrascendencia en ataque y abuso del traslado. Se fue reemplazado.
- Demichelis (5): para VdL el más sobrio del fondo. Anulando bien a Klose cuando se recostó en ese sector y tapando bien el costado cuando estaba muy expuesto a que le hicieran el loco. En el segundo gol le podríamos reprochar que salió a cortar con lentitud, pero estando el rival en el piso era lógico.
- Burdisso (4): Un buen partido manchado por un error postrero. Trató de no complicarse.
- Heinze (4): No hubo ataques punzantes por su sector. No aportó en ataque.
- Rodriguez (4.5): se mostró siempre para, al menos, buscar asociarse. Quedó en el intento.
- Mascherano (5.5): si bien abusó de la falta, por momentos se bancó solo el medio, cuando el equipo se volcó al ataque, aunque después no alcanzó. Ordenó al equipo en el primer tiempo.
- Di María (3): no desbordó por izquierda, y no fue agesivo en sus cierres por derecha. No probó de afuera, tampoco se asoció y, hoy, perdió con Müller por la banda. Salió por Agüero.
- Messi (4): muy marcado, pero aún así se las ingenió para meter entre líneas algunas pelotas que, de no ser por los offside finos, eran pases gol. No probó de afuera.
- Tevez (3.5): metió ganas, y siempre trató de desnivelar. Pero lo anularon bien y no salió del barullo. No colaboró a marcar por la derecha cuando nos ponían de costado. Por tercera vez consecutiva, no probó de afuera.
- Higuaín (3): opaco partido de Gonzalo. Aunque absorbido por la marca, quedó pagando siempre ante el achique de los defensores alemanes y se lo vio un poco quieto, sin movilidad.
- Pastore (3): cuando miraba el partido, pedía que entrara. Entró justo después del knock out, y no pudo brindar nada. Sintió los nervios de tener responsabilidad y se notó en las entregas.
- Agüero (3): entró después del tercero. Nada hubiera podido hacer para revertir la historia.

viernes, 2 de julio de 2010

A la altura.

Ambas llaves de cuartos de final tuvieron una intensidad, y por momentos un brillo futbolístico, que se corresponde con la instancia que representaban.

Holanda y Brasil entregaron lo que VdL considera, hasta aquí, uno de los dos partidos, junto a Italia-Eslovaquia, más lindos de la copa. Los nervios, la técnica, pararse por delante de la línea de la pelota ("ir al frente", pero dicho con elegancia).

Me resulta increíble, personalmente, cómo pierde el partido la Canarinha. Cómo de un equipo que hacía un culto al orden, y desde ese punto cimentaba una superioridad avasallante, se dejó llevar por los nervios como un equipo novato. Son esas cosas que no tienen lógica, ¿O acaso alguna selección tiene más experiencia, más cintura para estas situaciones que Brasil? Errores de los más impensados, salidas a destiempo, jugadores que no volvían. Incluso el invencible Julio Cesar tuvo un segundo tiempo digno de una pesadilla. No pudieron tenerla, y en una nube de impotencia se fue quedando el pentacampeón.

Holanda, por su parte, es un equipazo. Aunque da ventajas atrás, con centrales pesados, tiene una generación a la altura de su historia. Y trata bien la pelota. Weasley Sneijder es el jugador del año. El compañero de Milito pudo hacer lo que el Argentino no pudo: mechar una Champions League espectacular con un Mundial de ensueño. Si a eso le sumás a nenes de la talla de Robben, Kuyt y Van Persie, sumado al tremendo equilibrio táctico que le dan Van Bommel y De Jong, te queda una selección capaz de dar cualquier batacazo. Si aprovechaban las contras (algunas escandalosas) era una goleada. Merecidísimo el pase de la Naranja.

Y qué decir de Uruguay-Ghana... Una de las definiciones más apasionantes que vi en mi vida. Gyan errando un penal que le daba la clasificación, y al minuto yendo a patear otro. Nunca visto. Uruguay ganó con oficio, durante los 120' mereció perder. Pero tiene mística, tiene pasión y pone al Río de la Plata en lo alto. Los Africanos (salvo Gyan que me costó el prode, ojalá te agarre un león (?)) se despiden con la dignidad de un equipo que jugó al fútbol, por momentos de forma espectacular, pero con la espina de irse otra vez por su marcadísima ingenuidad. Lo bueno es que esta generación, joven y con brío, tendrá revancha el mundial que viene.

La Celeste tiene un tipo con dos almas como Forlán, una defensa envidiable (Russo traeme a Victorino ya), y una garra tan inteligente que da gusto, cuya imagen encarnada es el gran Ruso Perez. Muslera y Suarez heroes totales, mostrando el compromiso a cada instante, fueron hoy los protagonistas de la verdadera hazaña (digna de las mejores historias que pueden contar los orientales) que Uruguay le brindó al mundo entero. Bien, muy bien por ellos.

Mañana, Argentina se juega su propia suerte ante la elegante Alemania, y el bravo Paraguay de Martino tratará de seguir haciendo época ante esa muy buena selección que es España.

El Mundial, mientras tanto, sigue acelerando las pulsaciones, y está a la altura.