
Llegó a Huracán desde Talleres de Córdoba y jugaba poco. Llegó Cappa y le dio titularidad, confianza y la llave del equipo. Empezó a jugar. La rompió en un partido, luego en otro, y en otro. Sustentado por otro flor de crack (Bolatti) desde más atrás.
Los elogios empezaron a caer. A lloverle. Pero antes no era nadie; no tuvo la cuna de oro que tuvieron otros, que no demostraron ni un cuarto de lo que hizo él, en este torneo, faltando la última fecha.
Sin bombo, sin mecenas. Se dice que lo compraron a 21 millones de dolares, comparable sólo a las ventas de Gago y Banega, ambos salidos de un club con mucha prensa (sin negar sus condiciones propias) como lo es Boca.
Lo cierto es que, sea el precio que sea, este pibe demostró que valen oro sus movimientos. Su habilidad para ponerse como segundo 9 y retroceder con una calidad que no veía desde el Enzo. Su simpleza para jugar, sus pases-gol, que las pida todas.
Por eso, desde VdL bregamos abiertamente por la presencia y Titularidad de Javier Pastore en la selección. Que no va a estar ni en pedo, seguro. Pero ojalá llegue. El pibe este se la ganó.