jueves, 18 de marzo de 2010

Paremos la manito.

Claudio Yacob es el mejor jugador que tiene Racing Club hoy por hoy. Tiene panorama, ubicación, mucho quite, erra dos pases por año, y a partir de un aporte impropio para su posición, genera juego para el equipo y lo lleva adelante.

Su poco apego a declarar, sumado a una falta clara de carisma, le impidieron erigirse en un ídolo para su gente. Demostrando su compromiso con la camiseta de otras maneras, con un sacrificio poco vistoso pero útil y compacto, no le alcanzó para terminar de meterse a la gente en el bolsillo, que le achacó cierta displicencia en los partidos y prefirió otros referentes de aporte más ruidoso y quizás por momentos estrafalario. Pablo Luguercio y Migliore, tiempo atrás, son claros ejemplos.

Lo sucedido ante Argentinos Juniors, la fecha pasada, no hizo más que jugarle una mala pasada. Siendo un volante sin gol, y por lo tanto sin pegada, se vio expuesto de más para patear un penal que, por condiciones y costumbre, no le correspondía ejecutar pero tuvo la personalidad para hacerlo.

¿El penal? Horrible (?). Una masita. De ahí en más, tres minutos eternos para el pobre volante central que se fue insultado como hace tiempo un jugador de la Academia no se iba, y con un balance netamente malo: su responsabilidad en la derrota de su equipo fue directa y su relación con la gente se resintió muchísimo.

Que el árbol no tape el bosque. El exabrupto de los hinchas debería quedar en una bronca momentánea, y no trascender. Amparado en una explicación coherente (Russo lo había designado), y con temple para no claudicar ante la situación, Yacob habría de seguir con su rendimiento, que puede oscilar en partidos pero suele ser parejo.

Pero desde aquí nos reservamos cierto escepticismo. Los hinchas de Racing no son los mejores para sopesar los atributos y defectos de un jugador en la balanza afectiva. Un error o una actitud que denote cierta falta de "compromiso" (aspecto fundamental para la apreciación, que en otro post de impronta más filosófica (?) trataremos de analizar) corre el riesgo, en esta era de sufrimiento constante, de pesar más que un centenar de partidos en primera o que un gol importante. Lo cierto es que Yacob es fundamental para cualquier aspiración que pueda tener el equipo de Russo para este torneo. Entendiéndolo todos, en vez de insultarlo la próxima, las cosas serían mejores.

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