Hace un tiempo, en La Redó!, uno de sus posteadores (en mi opinión personal, uno de los mejores) definió al combinado nacional de fútbol como un equipo que no representaba al país (al menos directamente), sino a una asociación (la AFA) que se enfrentaba a otros equipos, representativos a su vez de otras asociaciones, todas ellas regidas por un ente superior: la FIFA.
El punto de vista anduvo rondando por mi cabeza desde entonces, hasta que decidí escribir estas líneas. El posteador en cuestión es un gran fanático de la selección, pero también un encarnizado disidente de la entidad que tiene lugar en Viamonte al 1300, como todos los que participan del blog. Su actitud me parece entendible. El bulo de Julio Grondona tiene muchas miserias escondidas, es corrupto y hace más de 30 años que permanece en la cima. Pero no deja de ser el que organiza la vida del equipo dirigido por Diego Armando Maradona, y el que da la cara ante cualquier inconveniente que pueda surgir.
El asunto es que dicha actitud no deja de sonar contradictoria. O al menos en un análisis superficial. Lo cierto es que "el equipo de multimillonarios" (definición que escuché por algún otro lado) es el único medianamente serio que puede hacer frente a las competencias internacionales, o intercorporativas, según cómo se mire. Difícilmente exista otra forma de poder medir el fútbol argentino ante los demás, sino esta. La AFA es una asociación regada de argentinidad, se mire por donde se la mire. Sufre una presidencia De Facto, como también las ha sufrido el país. Muestra la particularidad de tener una primera división con mayoría aplastante de equipos bonaerenses, o de Capital, siendo una liga muy centralizada, como el país. Lucha entre la pujanza de los más jóvenes y el conservadurismo de quienes más llevan en el deporte-negocio, que siguen en el poder.
Fue creada en un contexto y se mantiene vigente, pero se amoldó siempre al país y también se vio modificada. Sin AFA, no habría diferencias entre era amateur o era profesional. No existirían los Nacionales ni los Metropolitanos. Ni el clausura o el Apertura. No habría promedios. No habría Grandes o chicos. No habría puteadas a los dirigentes. No hubiera habido participaciones en Copas del Mundo; ¿Qué país sería Argentina sin el controversial '78, sin la mano de Dios, sin el mejor gol que el mundo todo haya visto... sin Maradona?
El país hizo a la AFA, y la AFA hizo al fútbol que tenemos. La lógica no miente: el fútbol nuestro no puede existir en ningún otro lugar. Pocos se sienten identificados con los dirigentes que actualmente tiene el fútbol nuestro, que ya ha dejado de ser nuestro para volverse un negocio para unos pocos. Pero es el fútbol que tenemos, el que nosotros y sólo nosotros Argentinos hemos conseguido, con todas su virtudes y miserias, que no vale la pena enumerar porque son de público conocimiento. Allá ustedes, si están conformes o no. Yo no banco a Grondona y los suyos, pero sí banco a la selección. Y también a quien inspiró este post, el hombre de LR!.
¿Es contradictorio, entonces, apoyar a la selección, pero darle la espalda a la Asociación que la maneja? Puede ser. ¿Pero quién dijo que los argentinos no somos contradictorios?
lunes, 16 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Yo me enfoco en los jugadores y si ponen o no huevo, no lo veo a lo general, buena idea!!!
saludos
ABRAN CANCHA
www.abran-cancha.blogspot.com
Publicar un comentario