jueves, 17 de marzo de 2011

Referente.

Vuelvo al ruedo. No sé cuánto me cueste que vuelva la enorme (?) cantidad de lectores que tenía antes, pero VdL no ha dejado de existir, aunque tengamos un pasivo de 33 millones de pesos (?).
Mientras tanto, agradezco a Andrés el apoyo y la buena onda para suplir mi ausencia. Sabe él que su pluma (?) siempre es bienvenida en esta página.

Por lo pronto, este último tiempo estuve buscando algún tema que llamara mi atención para escribir. No me siento bien haciendo un cómodo resumen de la fecha, habida cuenta de que eso ya se hizo acá; aunque son pocos los temas que no se han tocado en esta órbita del balompié (?) que es VdL.

Es así que, casi por casualidad, hoy encendi la TV minutos antes de salir de casa. Vi en TyC una cámara del entrenamiento de River. Luego de un encontronazo mínimo, el Pelado Almeyda se calienta con Mauro Díaz e insólitamente, lo agarra del cuello. Otro compañero los separa y la cosa no pasa a mayores; prosigue el entrenamiento. En diferentes canales luego escuché voces sobre lo ocurrido.

Ahora bien, no sé cuánta tinta se habrá gastado en este incidente. Evidentemente ha de ser mucha. O no (?), bah; no es necesario, en este periodismo deportivo, que haya cantidad industrial para encontrar deficiente calidad. Diría, más bien todo lo contrario. Esta nota como tantas otras del Olé, si bien no particularmente vulgares, exponen, más que al bueno de Matías Jesús, al redactor de la misma.

La nota me parece un poco confusa. Muy probablemente sea mi mentalidad podrida (?), pero advierto una sutil mala leche para el ex ex (?) jugador de la Banda. Digo sutil porque la encuentro hábilmente disfrazada en el título. "La juega de líder" no es un título con la contundencia que suelen tener (cuando quieren) los títulos del diario. El mismo verbo lo delata: Almeyda la "juega" de lider; se hace el líder. Si habláramos de Palermo, ponele (?), se hablaría de impronta, o prestancia, palabras que suenan más lindas (?) y se le agregaría "un nuevo capítulo a su vida de película".
El "ni bien sacó los dedos del cuello de Mauro Díaz" es hasta cómico. Pobre Mauro che, le debe doler ahora, vayan a hacerle un reportaje a la casa. Ahora qué malo el Pelado, y qué cagón, meterse con "un pibe, que en el mano a mano, no daba con el peso que el Pelado tiene en el plantel y en la gente"es una canallada, por favor. Le hubieras dado un guantazo a Carrizo de guapo, así le pagaban doble aguinaldo a todos en la redacción.

El cinismo sutil prosigue luego del punto y aparte. No éste, el de la nota boludos (?). Miren cuánto espacio se toma el redactor para cuestionar al oriundo de Azul su actitud de aclarar los tantos con ellos. Almeyda pone la cara (cuando Riquelme criticó a mil y un compañeros y Verón llegó a borrar jugadores, caso Iberbia o Matías Sanchez) y admite su error, algo visto una vez cada mil años en el fútbol argentino, y el periodista igual lo critica. "Ah, pero quién sabe qué hubiera hecho si no hubiese estado ahí la cámara". Y no, no lo sabremos nunca, pero el tipo sale a reconocer su error y, en vez de reconocer su gesto, le achacan una cierta "impunidad" que le da connivencia a Almeyda para, supuestamente, hacer lo que se le cante en los entrenamientos, y se explica la aparición del capitán de River en los medios con que "era lo que tenía que hacer": todo el mundo lo vio en televisión. Y como si fuera poco, no te alcanza con pedir disculpas Jesú (?), igual te equivocaste, reza el final del breve artículo.

Ahora bien, y sin defender para nada la actitud de Almeyda, me preguntaría, ¿Quién es este tipo, y qué atribuciones se arroga para venir a escribir una cosa así? Habiendo leído y escuchado que le pidió disculpas a su compañero, a quien realmente interesa este hecho, la actitud de Almeyda toma dimensión por su nobleza y por la exposición que el amarillismo le da a boludeces como estas.

Noticias donde no las hay, en fin. Como siempre.

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