domingo, 24 de abril de 2011

No se juega con inteligencia.

Posta que hoy cualquiera le gana a cualquiera. Quilmes, por una vez en once fechas, fue inteligente, y le hizo un partido físico a un Vélez desgastado por la doble competencia. Sacó réditos, hizo dos goles en dos minutos y mantuvo la ventaja. River, por su parte, se adelantó en el marcador pero no tuvo chapa ni oficio para bancar la parada, ante un Godoy Cruz que, también cansado por jugar la Copa, fue al frente como pudo y vulneró al que pudo haber sido el puntero del Campeonato que supimos conseguir. Con poco, le hizo dos goles y le ganó en Núñez. A Estudiantes no lo vi, pero perdió coun un equipo que estaba al borde del abismo, sin técnico, dos fechas atrás. Y perdió de local, aunque el césped estuvo malo para ambos.

Desmerecer la importancia del estado físico, a esta altura del fútbol moderno, es ridículo. Real Madrid anuló al Barcelona corriendo. Le ganó por mérito propio, pero hizo correr piernas ante un equipo que hace correr la pelota. De ahí cimentó su victoria. Salvando las obvias distancias, el Quilmes de Caruso (?) hizo lo mismo y tuvo sus dividendos. Poco hay que criticar a esta postura, en este partido singular: sin dudas era lo que había que hacer. Por la coyuntura del Fortín, por la situación futbolística del Cervecero y porque correr es más fácil que jugar.

Lo de River es el caso inverso. El que venía cansado era el rival, se jugó en el Monumental y Vélez había perdido ya. Pasaba el tren, y los de JJ López no aprovecharon. Jugaron sin ideas, al bulto, evidenciando su falta de manejo en situaciones complicadas, pibes que están verdes (sí, Lamela, que lo compensa con su talento) tomando la posta y once tipos que eligieron un pelotazo frontal como argumento remanido durante noventa minutos. Desde el banco se acentúa la tendencia sacando a Buonanotte (que no puede sacarse un tipo de encima) por Caruso, que es un nueve para aguantar el bochazo, y además lento y gordo (?). Si arrimó peligro fue por fallas tontas de la defensa del Tomba, que igual ganó bien en una cancha jodida.

Ahora bien, no decimos que River no se recupera la fecha que viene (?), pero dio sobradas muestras de que sería un campeón mediocre, que se anuncia mucho cuando abre la cancha o tira centros y depende de alguna patriada para lograr resultados (ayer Almeyda selección (?), hoy Maidana).

En cambio, Vélez sería un campeón con brillo. Entero físicamente, todos sabemos de las bondades del equipo de Gareca, aunque me arriesgo a decir que sean más por suma de enormes individuos (Martinez, Moralez, Silva, a la cabeza) que por un sostenido andamio colectivo. No obstante, el argumento de tapa "jugar doble competencia" se vuelve evidente cuando desde el propio banco se decide no cambiar fichas; juegan siempre los mismos, el cansancio sí se hace presente y se pierden partidos increíbles como los de anoche. Habida cuenta de las generosas inferiores con las que cuenta, hay pibes que no están para hacerse cargo de esta posibilidad, y sería lo más sensato mezclarlos con los más capacitados para formar dos equipos aptos. Si no sirve, habrá que ponderar en cuál competencia conviene hacer hincapié, por resultados y fixture. Ésta vez, pifió el Tigre.

Y podría seguir. El Pincha, aunque oportunista para el gol, ya no defiende con la viveza de antes, no te cierra los partidos y hoy decididamente es un equipo rácano. Olimpo es conciente pero ingenuo atrás. Racing se apura y se expone.

En VdL creemos que jugar bien es jugar con entendimiento de lo que se está haciendo. No en el sentido de "sé que la estoy revoleando" (?) sino en el sentido más amplio, del rol que cumple cada jugador, y de las armas que se esgrimen para hacer goles y evitarlos. Y mirá que nos parece facilísimo eh (?), pero por mil causas que ya enumeramos mil veces (el vaciamiento, nadie enseña en inferiores, se queman etapas de los jugadores, el resultadismo) hace rato que se juega a nada.

No hay comentarios: