domingo, 6 de septiembre de 2009

Argentina 1 - Brasil 3.

Y sí, las rachas no duran por siempre. Argentina volvió a perder de local tras el 0-5 con Colombia, hace 16 años, y no pudo aprovechar los resultados de los otros partidos en esta fecha de eliminatorias, para despegarse de sus perseguidores.

El partido en sí tiene el formato que tantas veces se vio en los últimos tiempos entre Albicelestes y Verdeamarelhos: nuestra selección tiene la pelota, juega en territorio rival y Brasil espera con muchos hombres atrás para salir rápido de contra.

Por algo hace más de cuatro años no le ganamos a Brasil.

Al Scratch no se le puede jugar tan adelante. Lo dijimos en la previa de la final de la Libertadores pasada. Ese partido, contra un combinado brasileño, es fija que lo perdés. Hay que jugar unos metros más atrasados y ATENTOS a la presión atrás y adelante de la línea de volantes. Pero mejor describamos el partido puntualmente:

Argentina empezó como se esperaba, teniendo la pelota y tratando de llegar al área rival triangulando. Los intentos de tocar de primera duraron 40 segundos, en los cuales se armó una jugada bien bielsista que no pudo prosperar. Ningún ataque prosperó. El equipo sigue sin profundidad, y por benevolencia con el equipo no conté los centros a la olla que tiramos, que siguen siendo completamente al pedo porque no hay un delantero alto. El semi-desborde y el centro al corazón del área están instaurados en el chip del volante argentino, incluso los que juegan en Europa. Jugar sin 9 sin cambiar esto es un despropósito. Tevez, le pese al pueblo que lo banca o no, hace tiempo ya que no es jugador de selección. Es un tipo, salvando diferencias técnicas, que juega como Luguercio, el de Racing. Corriendo a los defensores y capaz obligando, pero con nula claridad y con una deuda de goles de hace bastante tiempo (no sé si más de dos años). Está claro que no es 9, pero se volvió torpe en los mano a mano y no sabe profundizar.

Dicho esto, deriva la consecuencia de la esterilidad ofensiva en tres cuartos de cancha para adelante. Brasil se limitó a esperar en su campo paciente para salir; es así el modelo Dunga '09, que salvo el encuentro anterior, siempre nos hace tres goles. Todas las incursiones por los costados eran cortadas por foul de nuestros volantes, particularmente Mascherano, que tuvo una labor muy deslucida. Puede decirse que queda pagando entre tantos jugadores con tan poco apego a marcar, pero está en bajo nivel.
Volviendo al match: falta para ellos (?). Centro anunciadísimo a la altura del penal. La defensa toma las marcas horrible (todo el partido fue así), queda solo Luisao en el área, cabecea a una esquina. Nada que hacer para Andújar: gol de Brasil, en lo que fue su primer acercamiento al arco argentino.
A ver, culpas: primero, de Maradona. Poner de titulares a dos centrales que juegan en Argentina es un error garrafal. No por nada los goles en el torneo local son de cabeza en su gran mayoría: los defensores locales no saben de posicionamiento en las pelotas paradas; sólo siguen el trayecto de la pelota, se van en masa a los costados y pierden las marcas en el centro del área de manera infantil. Eso les pasó a Otamendi, Dominguez, y también a Heinze, que hoy oficialmente pierde (?) nuestra banca. El Gringo tiene coraje, pero tampoco es de selección y sus constantes fallas en los relevos en los centros fueron, en primer lugar, los que lo alejaron del Real Madrid, donde se comió, como las que pasaron en el primer gol visitante, 20 iguales fácil en un año. Otamendi, digamos, es un tipo muy expeditivo: sale a anticipar, a veces, hasta media cancha. Pero queda pagando muchas veces y eso, sumado a una lentitud propia de su físico, deja desacoplada la línea de marcadores. Para mí, un tipo que es figura en un torneo como el argentino, marcando a tipos como Federico Nieto, Pavlovich o el Pampa Sosa, no demostró nada para jugar en la selección. De Dominguez no vamos a hablar; le podrá contar a sus nietos que jugó un partido con Brasil por Eliminatorias.

Hasta el segundo gol de la selección dirigida por Dunga, el partido fue barullo. Alguna buena intención de Dátolo (que por indicaciones jugaba tratando de anular a Maicon, aunque no siente la marca). También lo vi bien a Verón, tratando de buscar a Messi y asociando, mediante pases en corto y pelotazos cruzados. Pero la segunda caída de la valla de Andújar (Carrizo titular YA) fue un golpe de K.O. para los dirigidos por Maradona.
El gol tiene un componente fortuito y uno de fallas defensivas notables. Es decir, el rebote que le queda a Kaká es casual, y pudo no pasar. Pero a partir de que el 10 del Real Madrid (crack por donde se lo mire) recibe la pelota:
- Otamendi y Heinze se quedan parados en el medio del área chica, sobrando sin marcar a Luis Fabiano ni a Maicon, que llega por atrás.
- Dominguez no alcanza a cerrar el centro atrás de Kaká
- Andújar dejando el rebote mansito para que el 9 brasileño del Sevilla anote su gol.

El resto del primer tiempo sobró. Es más, pudo aumentar la visita, pero Andújar se quedó parado en el medio del arco, y con un culo terrible le sacó un cabezazo de gol a Luis Fabiano que justo fue a su posición. El actual arquero del Catania tuvo un partido malo.
El segundo tiempo despertó dejó ver el bajísimo nivel de Aguero (salió Maxi Rodriguez, es la primera vez que lo nombro en este post) sobrando en todos los sectores. También la pasantía de Milito, que con la selección está negado. Algunas individuales de Messi levantaron al público pero no sirvieron de mucho. Es una bendición que semejante crack sea argentino, lo feo es que no haya una estructura de equipo que sepa explotarlo. El pibe siente que tiene que jugar con 10 clavos y tiene que hacer todo él solo. Y eso no va: hay que saber aprovecharlo.
Dátolo metió su segundo gol en dos partidos con la camiseta mediante su principal aporte a este equipo, el remate desde afuera (es el único que prueba asiduamente) clavándola en un ángulo. La ilusión de dar vuelta la historia duró un minuto y medio. Kaká que tira el pase en profundidad, Luis Fabiano que le gana a Otamendi a la carrera (nene, no te puede ganar semejante tanque corriendo) y se la pica (de primera) a un también lentísimo de reacción Andújar, que, hay que decirlo, se come el gol. El partido, si no se había terminado antes, se terminó en ese instante. No hubo respuestas. No hubo juego. No hubo solidez. En fin, no hubo equipo para enfrentar a Brasil. Se perdió con mucha autoridad. No hay que dar excusas. La postura de Maradona de introducir factores extrafutbolísticos al partido fracasó de movida: jugando en River no se perdía desde el '93.

Ahora viene Paraguay. Pero es necesario redefinir este equipo. Hoy más que nunca, pienso que tipos como Gonzalo Higuaín, Ezequiel Garay, Emiliano Insúa, Martín Demichelis (afuera por lesión), Aimar o Di María sencillamente no pueden no estar en las nóminas. Las deudas futbolísticas tienen que pagarse. No quiero no llegar al Mundial. Pero tampoco quiero llegar para volverme pronto. Si lamentablemente se da la eliminación argentina (cosa que, de todas maneras, creo improbable) la selección merece y precisa ser repensada para que los resultados, de una vez por todas, vuelvan a ser favorables y los lauros vuelvan a vestirse de nuestros colores.

2 comentarios:

Martín Zariello dijo...

Excelente análisis futbolístico, en casi todo de acuerdo. Explicás varias cosas que no entendí ya que mi pasión por el fútbol es más irracional (y los posts que escribo apuntan a cualquier cosa menos al análisis) y no le presto atención a cosas puntuales como las marcas, los goles de cabeza, etc. Y pedís que Aimar vuelva a la Selección! Qué grande.

g. dijo...

Realmente me pareció muy interesante tu análisis del partido.