miércoles, 25 de noviembre de 2009

Banderas falsas

Ángel Cappa es un tipo sin grises. Están quienes lo bancan a morir. Están quienes no lo soportan.
Puede decirse de él que es un tipo sanguineo, verborrágico, quizás ampuloso en demasía y hasta exagerado en sus expresiones a veces. Es como es. No importa eso ahora.

Lo que importa es lo que deja tras de sí; su huella, su marca en este fútbol argentino tan, tan pobre.
Cappa ganó notoriedad levantando a un Huracán caído y haciéndolo jugar un futbol que dejó al ambiente incrédulo. El fenómeno "tiki tiki" ganó simpatías hasta de espectadores imparciales (yo mismo quise que el Quemero se consagrara el torneo pasado), y daba gusto ver al equipo en cancha. Lamentablemente, la burocracia impidió que se pudiera perpetrar el buen juego de Huracán en el tiempo y sus mejores intérpretes (sensible fue la ausencia de un verdadero crack: Javier Pastore) partieron hacia otros mercados.

Sin querer atacar al hoy desempleado DT, podemos decir que ganó notoriedad por un equipo que jugó bien 15 partidos en un año y no pudo sostener una regularidad de su increíble rendimiento por más de una temporada, a criterio de quien escribe la gran causa del paupérrimo fútbol que llevó a la notoriedad al bueno de Ángel.

No obstante, tampoco es ese el material más rico que deja el ex ayudante de Menotti. Sin dudas, es la dimensión dialéctica la que hará un espacio para Cappa en el imaginario del folklore del fútbol. Sus declaraciones, producto de convicciones (a veces, quizás, demasiado rígidas) o tal vez con raiz en un exabrupto, dieron y darán que hablar.

No es culpa de Cappa revivir desde su propio odio visceral a la que considera una corriente "niembrobilardista" (que por otro lado, existe), a una cohorte que se creía extinguida de idiotas que hicieron un arte de malinterpretar la disyuntiva "ganar o jugar bien", impulsada en primer término por aquel DT campeón del mundo que, dicen para atacarlo, sólo tenía que preocuparse por jugar bien, porque ganar se lo aseguraban desde la cúpula. Es una lamentable consecuencia de su presencia en la dirección técnica en Parque Patricios. Porque en torno a la falsa reivindicación del "fútbol que le gusta a la gente" (término acuñado por uno de los más grandes farsantes de esta pseudo-movida que exacerba el tiki tiki: Horacio Pagani), se consigue la eternización del cáncer "campeonato moral" (como éste de Huracán), y tapar con la alfombra las verdaderas causas del empobrecimiento progresivo e incansable del fútbol argentino.

El "niembrobilardismo" que él referencia no nació en el Narigón, víctima a su vez del mismo aparato, sino como la antítesis de la hipocresía del "morir en la nuestra" del folleto del futbol argentino. No tardó nada en convertirse en un movimiento igual de ridículo, cosa esperable viendo los defensores y los detractores que tienen ambas posturas en el desgastado periodismo deportivo actual.

Personalmente, extrañaré a cualquier DT capaz de mostrarme lo que me mostró su equipo el semestre pasado, como él hizo después de mucho tiempo. No echo de menos, sin embargo, al Cappa de los medios, al visible. El que el ambiente reivindica enarbolando banderas falsas.

Update: Es realmente increíble la encuesta que colgó el Olé (que por otra parte le está dando de morfar al blog más que nunca (?)), sobre "¿Qué preferís, el tiki tiki o el cuchillo entre los dientes?". Es la más tendenciosa de las encuestas que colgaron en el año, mínimo. Falta que pregunten: ¿Con qué te quedas, con un equipo que la rompió como Huracán o uno que juega horrible como todos los de Simeone?

No hace más que revalidar lo que expuse acá arriba. El humo que vende Cappa lo compran los pasantes como si fuera un mayorista. Están llevando arbitrariamente la discusion al plano futbolistico (el unico en el que Angelito tiene cierta ventaja porque San Lorenzo juega horrible, al igual que el River que dirigia el cholo), en contraposición al real conflicto que existio entre ambos, que se dio cuando el propio ex DT de Huracán empezó con el cruce diciendo que "San Lorenzo no dio 3 pases seguidos", habiendo el Globo jugado HORRIBLE el clásico, siendo Monzón (su arquero) la figura y pegando los noventa minutos. Simeone dijo lo que hubiera dicho yo: "Que se preocupe por su equipo que perdió y su arquero fue figura". Y ahora la prensa toma partido. Lamentable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay que ver lo que ha terminado siendo de este hombre que a su paso por España de la mano de Valdano dejó una huella tan inmaculada en Tenerife y Madrid (yo soy español ;)), quién hubiese imaginado entonces que este señor renegaría de un sistema que la procuró sus primeras glorias y muchos equipos demuestran que para nada haya dejado de existir o ser válido. Muy ilustrador tu texto, gracias y saludos.