domingo, 13 de junio de 2010

Viendo a Alemania.

Qué simple juega el equipo teutón, haciendo un culto a la salida por las bandas. Los laterales pasan al ataque con un criterio tremendo y después vuelven a cerrar, los volantes se buscan entre líneas y las diagonales son perfectas, exquisitas.

Hacen siempre la misma. Se desprende Ozil, y en la posición de 10, tira el pase en cortada para Lahm, que se va por la espalda de su marca australiana (Chipperfield) y tira el centro atrás. O lo hace también por izquierda, a espaldas de Culina.

Y si no, se para de volante por derecha (se desprende Podolski, que también puede llegar por el otro extremo como en el gol) y tira el pase en cortada hacia adentro, para la diagonal hacia afuera de algún punta, casi siempre Müller, para que - otra vez - salga el centro atrás y la conecte Klose o el que llegue por atrás. Esa todavía no funcionó porque Klose tiene los pies redondos; hace goles de cabeza nada más, es tremendo de arriba.

Igual Australia no es rival. Es desordenado, no salen a achicar todos juntos (sale siempre uno solo a destiempo y deja espacios), van al bulto, no tienen chispa arriba, pierden los duelos... Quizás contra un rival como Ghana se vea algo más interesante. Aunque Alemania ya es otro equipo, muy distinto a aquel que perdiera con Argentina el tres de Marzo.

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