jueves, 30 de junio de 2011

Del pozo y los buitres.

Todos lo sabemos ya. En un hecho histórico, el Domingo pasado, aunque parece que hubiera sido hace diez años, River perdió la promoción contra Belgrano de Córdoba y se fue al descenso por primera vez en sus 110 años de existencia.

Se escribieron kilos y kilos de hojas de papel, y se leyeron notas de lo más variopintas. Estuvieron los que analizaron los partidos. Los que se acordaron que Belgrano ascendió y dijeron "che, River no jugaba solo". Los que redactaron diatribas virulentas contra todo y contra todos. Es así que el lector, acaso, llegue a VdL hastiado de este tema. Pero quisimos dejar pasar un tiempo breve para poder empaparnos de todo lo dicho, ver la situación con objetividad, y ha llegado el momento (?): vamos a hablar de River.

Antes que nada, y entendiendo que cada quien cosecha su siembra, vamos a asumir que esta situación empezó a gestarse más atrás en el tiempo. El promedio que condenó a River es la sumatoria de sus últimas temporadas en primera división. Son seis torneos, de los cuales el más lejano en el tiempo es el Apertura 2008.
Este torneo al que hago mención, ganado por Boca Juniors en un recordado triangular (con Tigre y San Lorenzo), para VdL el peor torneo corto de la historia. Durante aquella etapa, Simeone - DT vigente - realizó profundas modificaciones en el plantel, que hicieron mella inmediata en su rendimiento. Partidas importantes como las de Carrizo (valuarte del título conseguido), Abreu, Ortega y Alexis Sanchez, más refuerzos de muy mal rendimiento (Quiroga, Salcedo, Galmarini, Robert Flores; volvió y se quedó Barrado), sumados a otros lastres que permanecieron en el plantel - Abelairas, Cabral, Merlo, Archubi, Rosales, Andrés Ríos, Ponzio, Villagra, ¡Bingo! (?) - fueron determinantes: River finalizó en la última colocación, extraño para el que era el defensor del título, y Simeone renunció sin completar una rueda, cinco fechas antes del final y luego de quedar afuera de la Sudamericana, contra Guadalajara. Gabriel Rodriguez ofició de interino hasta la finalización y la vergüenza consumada de una primera rueda de 14 puntos. Lapidario.
Para arreglar las cosas ante la debacle futbolística que vislumbraba, Aguilar y los suyos tomaron medidas urgentemente. Contrataron a Gorosito (?). En aquel verano del 2009, partieron Salcedo, Ponzio, Tuzzio y Omar Merlo. Llegaron Mariano Barbosa, Fabbiani y el muñeco Gallardo. Aquél clausura, que galardonó a Velez pero es recordado por el Huracán de Cappa, tuvo a river octavo, finalizando una campaña de 27 puntos, pero con malos rendimientos y prematuramente eliminado de la Libertadores, perdiendo partidos increíbles contra Universidad de San Martín, cuando Gerlo jugó de 9. River cambió una campaña de 71 puntos (la de los torneos del Passarella DT) por una de 41, y descendió diez puestos en los promedios. A esta altura, eran varios los críticos de la desgastada gestión de Aguilar, que llevaba ocho años, entre los que destacaba el mencionado Daniel Passarella, otrora técnico del club durante la gestión. Los golpes en la prensa eran cada vez más duros y la interna recrudeció.
Aún con Pipo como entrenador, el equipo encaró la siguiente temporada, advertido de su baja en el promedio, pero no actuó en consecuencia. Para aquella temporada llegaron Paniagua, Cohene Mereles, Ortega, Nico Navarro y Almeyda, que volvía a la actividad luego de un parate de casi cuatro años. Partieron, hablando de nombres importantes, Falcao y Augusto Fernandez. River empezó y terminó mal aquel torneo. Gorosito dejó el club en octubre, apenas en la séptima fecha y fue reemplazado dos días después por Leonardo Astrada. El Negro apostó a los pibes, puso la cara, pero no pudo torcer el rumbo de un equipo que consiguió escasos 21 porotos jugando realmente muy mal. Sin dudas este mal torneo influyó en gran medida en las elecciones en el club. Un desestabilizado Aguilar opuso un candidato mediocre (D'onofrio) a un Passarella que realizó una extensa campaña mediática y fue atacado por lo bajo por el oficialismo. El ex capitán de River y la Selección ganó un comicio polémico por seis votos luego de un recuento.

A ver, repasando todo esto, Passarella recibió un club golpeado en lo económico, donde se cobraron hasta recitales por adelantado, y de mal rumbo deportivo (acumulaba tres torneos malos y tenía un plantel horrible). Aún cuando no es mi interés defender al Kaiser, sirve todo este ejercicio de memoria para dar cuenta qué rol en la historia ocupa esta comisión directiva y en qué circunstancias asume el cargo.

Aquí podemos empezar a evaluar las verdaderas dimensiones de la responsabilidad de cada cuál en lo que terminó siendo una tragedia. River arrancó el 2010 aún con Astrada en el banco. Llegaron para aquel torneo Canales, Rodrigo Rojas, JM Diaz y Ferrero, mientras que Cohene, Paniagua y Fabbiani abandonaron el barco. Astrada, aún haciendo pretemporada, no pudo revertir la situación ni lavar la cara de un River que perdió muchísimo de local, y terminó partiendo en Abril, luego de la fecha 14. A Passarella se lo criticó por no cumplir con su palabra y rescindir antes de tiempo el contrato del Negro, que había sido contratado por la anterior gestión. La primer apuesta verdadera de la comisión directiva que maneja los hilos hoy en día tenia nombre y apellido: Ángel Cappa. Ramón Díaz sobrevoló Nuñez desde el primer día, pero nunca llegó.
El bueno de Ángel finalizó el campeonato vigente lo mejor que pudo, más concentrado en planear lo que sería la temporada siguiente, donde River se jugaba, ahora sí, una parada brava por el descenso. Otra vez el millonario redondeó una temporada pésima (43 puntos) mientras se le iba una de 66. A sabiendas de esto, se realizó una gran erogación de dinero para reforzar el plantel. Llegaron refuerzos que serían en su mayoría titulares: Carrizo, Maidana, Arano, Ballón, Román, Caruso y Pavone, mientras que partieron más de 11 jugadores, entre los cuales estaban Ahumada, Cabral, Canales, Gallardo, Galmarini, Navarro, Quiroga y Villagra.

River jugó un buen inicio de torneo, pero se pinchó y, luego de una seguidilla de malos resultados, Cappa dejó el equipo luego de campañas aceptables en los números, una fecha antes del superclásico. Aquí aparece la figura de JJ Lopez, que asumió en plan de interino pero la historia quiso que se quedara. Aquel torneo, River consiguió un increíble cuarto lugar, con buenos 31 puntos y varios puntos altos en el equipo en formación (Carrizo, Maidana, la aparición de Lamela). Se debía afrontar con cautela el siguiente mercado; era clave no desmantelar el equipo y, acaso, traer refuerzos para dar variantes a un plantel que parecía corto. Habiendo hecho un gran gasto el semestre anterior, River no hizo grandes movidas, acaso pecando de confiado, y sólo llegó al club Bordagaray.

El resultado es el que conocemos todos. Un gran arranque en los números, flojo en el fútbol mostrado, conservador, rácano. Luego, acaeció una serie de malos resultados y una merma en la confianza del plantel; el gol en contra de Carrizo puede verse casi como una bisagra. De atrás para adelante el equipo perdió seguridad, se volvió endeble y consiguió miserias en las últimas siete fechas. Aquí empezaron a hilvanarse distintas teorías, particularmente luego de la pelea entre el tío Daniel (?) y Julio Grondona, que fue terreno fértil para las elucubraciones de periodistas y no tanto, sobre cómo estaba todo arreglado, cómo se ponía la lupa en los arbitrajes, etcétera. Fue, en los bifes, una campaña de 57 puntos para el Millonario, con clasificación a la Sudamericana incluida, pero insuficiente para levantar el fardo de las dos anteriores. La promoción con Belgrano fue todo sobre River. Aunque se enfrentaba al mejor equipo del momento del Nacional B, siempre se trató de River. El Pirata hizo su laburo bien, jugó con la presión de manera notable y dio un batacazo del que se hablará en cincuenta años.
A partir de ahí, lo que vemos hoy en todos los diarios. Aún a horas del inicio de la Copa América, River fue noticia por su tragedia, por los incidentes serios, la suspensión de su estadio, la quita de puntos, la designación de Almeyda. Los ataques dirigidos a Passarella recrudecieron (links 1, 2, 3). Aparecieron candidatos de la oposición: D'onofrio en televisión, al igual que Caselli, criticando duramente al actual mandatario. También hablaron los históricos, siempre en contra suyo. Hoy, la novedad pasa por escuchar cómo los mails que llegan a Indirecto u otros programas de TyC, con sugerente coincidencia, atacan a la comisión directiva, y por ver cómo la llegada de jugadores-hinchas se ve truncada, siempre por la soberbia de Passarella. Justo que los necesitás ahora, Kaiser, porque se ve que hace un año River no necesitaba una mano del Chori Dominguez, Lux o Cavenaghi...

Cada cual puede sacar sus conclusiones. Nosotros somos de los que pensamos que una inmensa mayoría de la culpa es de Aguilar, sus corruptos laderos, raíz directa del armado de planteles mediocres (en connivencia con los técnicos) que llevaron a River a encarar esta última temporada con un promedio de 1,105. Pero no por eso podemos desentender la responsabilidad de la actual comisión en bartolear el Clausura sin traer refuerzos y en no echar a JJ Lopez cuando era necesario un volantazo luego del superclásico.
No obstante, acaso por las notorias segundas intenciones de quienes hoy critican - algunos luego de un ostracismo de años - no puede VdL sino bancar al actual presidente del club de Nuñez. Si te banca el Dié, por qué nosotros no (?). Están, también los que piden la renuncia, o acaso un plebiscito para ratificar la validez de la dirigencia, elegida democráticamente. Quién puede, acaso, negar que estos reclamos tienen razón, por los logros nefastos del fútbol del club este año.

Tristemente, hoy lo único cierto es que River afronta una parada brava, la peor de su historia, con todos tirando de la misma soga, en direcciones distintas.

3 comentarios:

Andy dijo...

Disiento respetuosamente en algo: me quedo con la opinión del entrañable Pino, quien tantas, abundantes y baratas porciones de ravioles me ha servido en mi comedero habitual (?) quién dijo: "River desciende con 3 campañas de Aguilar y 3 campañas de Pasarella, ¿como va a decir que la mayoría de la culpa es del anterior?". A pesar de la simplificación absurda que hace el comensal devenido comentarista (?), sí me parece cierto que si un presidente asume es para evitar esta situacion. No te olvides tampoco que había un tercer candidato, Caselli, y obtuvo un porcentaje de votos bastante relevante (entre 18 y 33 % si la memoria no me falla).

Justificar a Pasarella por oposición a las otras opciones es jugar al mal menor, y eso no saca a nadie adelante. Salvo, claro, que sea un neonazi votando a Kirchner porque no le gusta Macri (?).

PD: GRAN parte de la responsabilidad en esto la tiene la gente. Ví con, para qué ocultarlo, ENVIDIA la reacción de la gente de GELP: en lugar de causar abundantes y costosos destrozos, reaccionaron en forma coherente y unificada ante el horror. Eso es amor al club, no romper gran parte del estadio más grande del país y ni siquiera encarar a los responsables.

Gonza Averna dijo...

Técnicamente se van al descenso con una campaña y media para cada uno, Aguilar y Passarella. Pero teniendo ocho años para gestar esto Aguilar, tiempo para planear detenidamente todo esto, me suena más a que Passarella tuvo que tomar medidas drásticas con poco tiempo y ver si servían o no. No sirvieron.

La gente es la principal responsable siempre aunque no materialmente, sino por dejarse afanar. Pensé que todos habían aprendido de nosotros, que nos dejamos diez años para acordarnos a redoblantazos (?). Después toda la jodita de ser hincha de uno mismo "defendimos del remate nuestra sede, si la nuestra es una hinchada diferente..."
GELP tampocó aprendió.

Abrazo
PD. Tenés razón con lo de justificarse en las demás opciones. A veces creo que justificarse en la oposición es lo que hacen todos. Todos eh.

Martín Zariello dijo...

Genial. Disiento en decirle bueno a Cappa, es un maleducado.