martes, 15 de noviembre de 2011

Colombia 1 - Argentina 2 (Eliminatorias Brasil 2014)

Que es más difícil que antes, que el clima, que el horario, que el público, que el rival, que la mar en coche... Argentina venció a su par colombiano en su casa por 2 a 1, pero también venció un poco a sus propias excusas.

El partido empezó bajo 35 grados de calor, un sol impiadoso y con nuestra selección con la tenencia de la pelota a su favor. Se jugaba a un ritmo cansino, monocorde, con pases laterales y para atrás, como si el mejor Riquelme estuviera en cancha y no había un conductor que llevara la pelota para adelante. El planteo con una pseudo línea de 5 (Mascherano apenas sobresalía por delante de Fernandez y Burdisso), el tandem Guiñazu-Braña empeñado en lo suyo, marcar, y Sosa desdibujado en la izquierda y cometiendo un sinfín de cagadas, hacían imposible la labor de vulnerar las dos líneas de cuatro que cuidaban a Ospina sólo con dos jugadores. Es así que Messi debía hacer lo de siempre: retroceder para tomar la pelota entre 3 colombianos a 50 metros del arco. Higuaín a su vez era blanco de los biandazos de todo el equipo. Encima tenía a dos tipos 10 cm más altos y 20 kg más pesados, especialistas en el juego aéreo. Mosquera y Yepes se lo comieron en dos panes al del Real Madrid, que tuvo que reclinarse a las puntas, dejando el área sin referencia. Si a eso le sumás la cautela de Zabaleta y Clemente para pasar... Es claro que arriba no hubo desnivel. Hubo poca compañía de los volantes (sólo se animó Guiña, y cada tanto Braña). Por el lado local, Armero y James hicieron lo que quisieron por la banda derecha albiceleste, aprovechando el desorden que había por aquél costado en el retroceso, con Zabaleta y Sosa haciendo agua en la marca y entregando mal la pelotita. Con el correr de los minutos, los cafeteros parecieron asimilar el inicio, recuperar la pelota y tratar de ofender el arco de Romero, aunque el excesivo estudio por el rival, que le era recíproco en el planteo, le impidió atacar con mas convicción una línea de fondo argenta que pareció más firme que en el encuentro anterior.

El partido, como una pulseada, se fue inclinando a favor de los de el gremialista de suteba (?) Leonel Alvarez, que buscaron a Jackson Martinez por arriba, pero el punta no pudo hacerse fuerte de esta manera, y en su enjundia hizo muchísimas faltas en ataque. Tuvo un cabezazo a espaldas de Mascherano, que parcialmente había bajado a posición de 2, cuando salió Burdisso.
De ésto que queríamos hablar: le salió todo mal a Nico en esa jugada. De correcto desempeño hasta ahí, salió a cortar lejísimos (repitiendo errores) y con mucha violencia sobre la humanidad de James Rodríguez, con tanta mala suerte que afirmó el pie antes de que todo el cuerpo del ex Banfield le cayera sobre la rodilla. Rotura de ligamentos y afuera. Sabella tuvo que mover piezas y encontró resultados; el ingreso de Desábato terminó de afirmar una defensa que hasta ahí se mostraba poco perturbada. Sólo nos inquietaron con un centro cruzado que no pudo conectar martínez (un buscapié) y cuando no pasaba nada, se vino el gol. A poco del final, un tiro libre luego de una falta boluda de Zabaleta sobre el borde del área grande, se le coló a Romero después de desviarse en Mascherano. Se le puede achacar al bueno de Javier cierta responsabilidad, por poner la pierna sin firmeza y dejar que la pelota lo supere, pero es cierto que si elegía no interferir en el remate, por atrás venía Yepes a disputar la pelota con Romero, y era un riesgo dejarla pasar y averiguar quién llegaba primero. Tuvo mala fortuna con el desvío y el equipo lo pagó. 1 a 0 abajo y al entretiempo. Mariano Closs le achacó al pobre Sosa hasta la inflación (?). Era necesario agitar el banco de suplentes y buscar más juego y osadía para revertir la ecuación. Eso mismo entendió Sabella, que reemplazó a un correcto Guiñazú, quien a su vez anduvo bien yendo a ambos costados, pero no aportaba llegada parado por la izquierda al cerrarse naturalmente, por el Kun Agüero y todo su repertorio en ataque. A su lugar pasó Sosa, cuyo rendimiento creció.

Punto aparte para hacer más cortos los párrafos (?). Cuando fuimos a jugar a Venezuela, hubo un primer tiempo parejo y un complemento desigual; la diferencia física se hizo notar aquella vez y nos fuimos claramente derrotados. Y si bien esperábamos un desenlace semejante esta tarde, sucedió algo totalmente diferente. El físico de todos los nuestros empezó a mermar, pero parece que los colombianos sintieron mucho más el trajín de su propio partido contra Venezuela, y aunque trataron de mantener el orden, empezaron a replegarse y cedieron lentamente en sus pretensiones de aumentar la ventaja. Los de Sabella no tenían chispa para abrir espacios arriba, con Messi en su laberinto y siempre con 2 tipos encima, Higuaín perdido y Agüero sin gravitar los primeros minutos. La pelota era otra vez nuestra, pero pasaba casi siempre por Braña y Mascherano, que trataban de arriesgar un poco más de lo que se les pide (entregarla en corto) pero no pudieron aportar volumen de juego.
Hasta que el partido se quebró. Sosa, estático y de muy mal partido hasta aquél momento, evidenció qué tanto más sencillo es todo para Messi cuando alguien le hace la banda. Bien abierto por izquierda, el ex Estudiantes buscó la pared con Lionel, parado en el centro; luego picó para la devolución y tiró un centro bajo y sin fuerza. Un centro malo. Pero inexplicablemente, entre el uno Ospina y Yepes se hicieron un terrible quilombo para terminar la jugada y el rebote le quedó a Messi, que siguió la jugada y capitalizó el regalito que le hizo la última línea del anfitrión. Yepes estuvo tentadísimo de meterle la manito a la pelota pero se arrepintió y gritamos gol. Quien escribe lo gritó con todo. 1 a 1 y a buscar los tres puntos. Iban 14 minutos.
Era evidente que Colombia no daba más, al punto de exhibir mayor agotamiento que Argentina. De a poco se diluyó su mediocampo y dejaron de hacer daño por las bandas. Daba la impresión que si la albiceleste podía doblegar a su propio cansancio, iba a ganar el partido. Pudo haber venido bien un cambio, pero Sabella lo fue dilatando cada vez más, a punto tal que Gago entraría a cinco minutos del final. Lo cierto es que ese mismo equipo, al que muy pocas piernas le quedaban, exhibió amor propio y fue para adelante. Creció, como dijimos, el principito Sosa, más que nada para que Closs se quisiera matar (?), pero eso no alcanzó para aprovechar ese envión contra un equipo también fundido en lo físico y golpeado por el empate que acababa de llegar. Pasaron los minutos, y el match se mantuvo en esa sintonía expectante, como si alguno pudiera aprovechar un error individual en cualquier momento. Zúñiga pudo ganarlo; le ganó a Clemente el mano a mano (lo favoreció el rebote), enganchó sobre un marcador, no sé si Desábato o Fede Fernández, y le pateó a Romero casi en el área chica. Aún cuando definió horrible con todo el arco a lo alto para ubicar ese balón, es de notar que Romero no dio rebote habiéndole rematado a tres metros.

Finalmente pudimos encontrar argumentos en el cansancio y conseguir la victoria: Messi, minutos antes, había sufrido un golpe de calor. No quiso saber nada con dejar la cancha y luego, otra vez cargándose el ataque del equipo en los hombros, yendo por el medio gambeteó a Yepes (no sin un poco de suerte; yepes trató de frenarla con la mano y la pelota le quedó mansita al astro), y habilitó a Higuaín, quien había buscado ese espacio con exquisitez, pero por demorar la jugada un tiempo y enganchar, remató exigido y obligó a Ospina a dar rebote. Agüero aprovechó la segunda pelota y la metió venciendo al sinmanos (?) cafetero. 2 a 1 a siete minutos del final.
Hubo tiempo para que a Agüero le tiraran un proyectil cuando fue a patear un corner y que Mascherano le dijera que se tirara (?), para una jugada clara de gol, 100% de Messi, que con un quite fantástico, una corrida de 50m y dos definiciones malogradas (una la tapó Ospina y la segunda se la sacaron al córner) hubiera coronado un partido a la altura de lo que se le exige al mejor del mundo.

El partido finalizó y el resultado nos es más que favorable, cortando una racha larga sin ganar de visitante por eliminatorias (la última vez había sido con Basile como DT). Ahora, habrá que ver si el parate por siete meses hasta nuestro próximo partido, con Ecuador, resulta propicio para elaborar estrategias de juego y corregir errores, o es más bien un freno a esta inyección anímica. Agüero, consultado por periodistas de campo, dijo: "empieza otra era". Esperamos que así sea.

Romero (6): Nada que hacer en el gol. Tapó el segundo del local (que liquidaba el partido) con una intervención de arquero de equipo grande.
Zabaleta (3.5): timorato para ir para adelante, eligió lateralizar todas. No aportó sorpresa, regaló pelotas y perdió siempre con Armero. Sabe, y cuando juega al ataque es mucho más influyente.
F. Fernandez (5.5): Firme en el aire y por el piso. Apegado a revolearla (?), perdimos todos los pelotazos frontales que tiró.
Desábato (6.5): entró y fue inquebrantable. No perdió nunca con Martínez ni con Dayro Moreno. Más prolijo en la salida que su compañero.
Clemente (5): alternó en su duelo con Zúñiga, que casi nos cuesta perder. No pasó al ataque pero mantuvo el órden.
Sosa (4): un primer tiempo fantasmagórico; se mostró en el segundo, con más huevo, y de una jugada suya nació el primer gol. Tiró mal todos los centros, sin embargo, y le dio casi todas a los de amarillo, raro en alguien de la escuela de Bilardo (?).
Braña (4.5): dentro de todo ordenado, y con aire para bancar todo el partido. Barullero y sin argumentos cuando le tocó subir al ataque, que no es lo suyo.
Mascherano (4): Una máquina de repartir murra, zafó de la amarilla. Tratando de llevar el equipo adelante, evidenció carencias para elaborar juego. Una de cal y una de arena, tanto en los quites como en la marca. Es el primer pase argentino y debe serenarse; un error deja mal parado a todos y expone para la contra. Debe mejorar: empieza a juntar críticas por su rendimiento.
Guiñazú (5.5) el más ordenado de esa primera mitad, con criterio para barrer ambos costados y tocar para adelante. Salió injustamente, pagando derecho de piso por no se histórico o jugador del DT.
Messi (7): un mal partido (absorbido en la marca como suele pasar) rescatado por dos apariciones importantísimas. Su gol nos revivió y su juego nos hizo ganar. Casi hace el tercero. La figura.
Higuaín (4.5): Peleado con los centrales, perdió todos los envíos aéreos de frente. No pudo abrir espacios cuando se fue contra las bandas. La única clara que tuvo, fue la del gol de Agüero. Es clave en el ataque y tiene que estar.

Burdisso (5.5): Salió reemplazado después de romperse en 43 pedazos (?). Venía cumpliendo un buen papel, ganando por arriba ante la amenaza de J. Martínez y tratando de no complicarse en la salida.
Agüero (6): su entrada permitió jugar más adelante, y fue el que anotó el gol de la victoria. Tardó en hacer pie en el campo, pero apareció para anotar un gol importante. Y no es la primera vez.
Gago (-): pagó la indecisión de Sabella y entró cinco minutos. No califica.

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