- El de Riquelme, llamando a la prensa amiguista para meter presión a los dirigentes. "Puede ser mi último superclásico" (si no me retienen).
- El de los periodistas. Supongo que por algún beneficio debe ser que publican cosas como ésta o ésta. La del oligofrénico de Antonio Serpa es simplemente increíble.
- La de los dirigentes, que en su desidia y su camarilla propia no logran dirigir el timón hacia un destino cierto para la institución que comandan, y dejan que intereses y tajadas dividan los rumbos. Mientras, Alves (que no será gran cosa pero pone la cara) tiene la intención de purgar, muy sana por cierto, pero sólo lo logra a medias debido a un cierto desequilibrio en la balanza de las decisiones dirigenciales a su favor.
No voy a hacer muchos más comentarios, ya que están todos dichos aquí. Sólo decir que así, pierde Boca. Y que hay ciclos caducos, como el de Riquelme, que hace tiempo sólo traen conflicto al club, desde que se decidió poner 15 millones de dólares en traerlo.
Se puede pensar que es un ídolo y que le dio mucho al Xeneize. ¿Realmente hizo valer el dinero y la confianza depositadas en él?
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viernes, 19 de marzo de 2010
jueves, 4 de febrero de 2010
Riquelme contraataca (?)
La insistencia que resuena en sectores del medio para volver a ver a Juan Román Riquelme con la camiseta de la Selección, resulta cuanto menos llamativa.
Recordemos que Riquelme renunció a la selección por no compartir "los códigos del técnico", Diego Maradona. No quiero traer esto a colación de mi opinión personal de Riquelme, ni mucho menos influenciar la de nadie.
Pero en principio, me resulta difícil de creer que alguien pueda salir beneficiado de la convocatoria de Riquelme. Que hayan esperado tanto tiempo a que el bueno de Romy volviera a jugar "bien" dos partidos seguidos, no obstante, me dice que debe haber algo que se me está escapando. Mas no puedo dejar de ver a quienes bregan por la presencia del enganche en la selección como meros hinchas, agradecidos para con quien supo brillar con la camiseta, que justamente es la de Boca, la más popular del país.
Aunque hoy, viendo el rumbo de la selección, me forcé a pensar si el retorno podría darle a la selección una identidad futbolística entre tanto barullo, tanto caos. Y humildemente pienso que no. El fútbol que quiero yo para la selección no comulga con el paso cansino de Riquelme, con su imposición a un ritmo lento, que resigna toda la verticalidad pero multiplica la sorpresa, pero que sólo se hace apto para un solo intérprete, Riquelme, que tiene que estar inspirado para meter un pase gol para un delantero corredor, que quizás le pica diez veces pero recibe una vez sola. Mientras, el equipo juega a la posesión pero no puede contar con él para la marca, ya que su escaso apego al despliegue físico, su total carencia a la hora de marcar y su poca ubicación para aunque sea trabar con los rivales, hacen a Riquelme un jugador, a mi forma de ver, muy técnico pero demasiado lagunero como para compensar las desventajas que trae al momento de jugar sin pelota o recuperarla. Y, como para sumar a mi concepto, tengo que agregar que Riquelme entra demasiado en contacto con el balón, y que en total, menos del 1% deben ser en cortada. El resto se reparte entre toques al costado, para atrás, o sólo retenerla para añadir más sopor al ritmo, buscando exasperar al rival y forzarlo al error. Pero mientras, el ataque de los nuestros es estéril. Ni hablar si a eso le sumamos una posible marca personal asignada. Ahí, Riquelme se fastidia (como muchos), pero como su juego es sólo con la pelota, el equipo se desconecta y no sirve. Como muestra basta un botón: la final de la Copa América 2007.
Por eso, opino que Riquelme, a quien subjetivamente no soporto, no debe volver al seleccionado. Aunque, conociendo a Maradona, eso no va a pasar. Por más diarios que lo pidan.
Recordemos que Riquelme renunció a la selección por no compartir "los códigos del técnico", Diego Maradona. No quiero traer esto a colación de mi opinión personal de Riquelme, ni mucho menos influenciar la de nadie.
Pero en principio, me resulta difícil de creer que alguien pueda salir beneficiado de la convocatoria de Riquelme. Que hayan esperado tanto tiempo a que el bueno de Romy volviera a jugar "bien" dos partidos seguidos, no obstante, me dice que debe haber algo que se me está escapando. Mas no puedo dejar de ver a quienes bregan por la presencia del enganche en la selección como meros hinchas, agradecidos para con quien supo brillar con la camiseta, que justamente es la de Boca, la más popular del país.
Aunque hoy, viendo el rumbo de la selección, me forcé a pensar si el retorno podría darle a la selección una identidad futbolística entre tanto barullo, tanto caos. Y humildemente pienso que no. El fútbol que quiero yo para la selección no comulga con el paso cansino de Riquelme, con su imposición a un ritmo lento, que resigna toda la verticalidad pero multiplica la sorpresa, pero que sólo se hace apto para un solo intérprete, Riquelme, que tiene que estar inspirado para meter un pase gol para un delantero corredor, que quizás le pica diez veces pero recibe una vez sola. Mientras, el equipo juega a la posesión pero no puede contar con él para la marca, ya que su escaso apego al despliegue físico, su total carencia a la hora de marcar y su poca ubicación para aunque sea trabar con los rivales, hacen a Riquelme un jugador, a mi forma de ver, muy técnico pero demasiado lagunero como para compensar las desventajas que trae al momento de jugar sin pelota o recuperarla. Y, como para sumar a mi concepto, tengo que agregar que Riquelme entra demasiado en contacto con el balón, y que en total, menos del 1% deben ser en cortada. El resto se reparte entre toques al costado, para atrás, o sólo retenerla para añadir más sopor al ritmo, buscando exasperar al rival y forzarlo al error. Pero mientras, el ataque de los nuestros es estéril. Ni hablar si a eso le sumamos una posible marca personal asignada. Ahí, Riquelme se fastidia (como muchos), pero como su juego es sólo con la pelota, el equipo se desconecta y no sirve. Como muestra basta un botón: la final de la Copa América 2007.
Por eso, opino que Riquelme, a quien subjetivamente no soporto, no debe volver al seleccionado. Aunque, conociendo a Maradona, eso no va a pasar. Por más diarios que lo pidan.
martes, 10 de marzo de 2009
Pseudo-deidades terrenales. (II)
¿Tan terrible fue lo que dijo Maradona sobre Riquelme? ¿Acaso a Romy no le gusta escuchar acerca de su físico inaceptable para un jugador de primera, su constante tendencia a retener la pelota, su incapacidad para librarse de las marcas personales y los pocos brillos de rendimiento a lo largo de su carrera? A mi criterio, Diego no dijo nada de malo. Sólo habló de cómo veía, como técnico, a un determinado jugador.
Riquelme, de seguro, no volverá a vestir la albiceleste, al menos hasta 2011, en caso de que Maradona renuncie luego de - en el peor de los casos - un mal mundial. Román, ya sé que me estás leyendo (?): sos un soberbio recalcitrante y caprichoso. Pero hasta en el ego, sos menos que Maradó.
Riquelme, de seguro, no volverá a vestir la albiceleste, al menos hasta 2011, en caso de que Maradona renuncie luego de - en el peor de los casos - un mal mundial. Román, ya sé que me estás leyendo (?): sos un soberbio recalcitrante y caprichoso. Pero hasta en el ego, sos menos que Maradó.
lunes, 1 de diciembre de 2008
Pseudo-deidades terrenales.
Juan Román Riquelme será indagado por "incitación a la violencia" debido a los incidentes provocados ayer, cuando Boca - con dos tantos del 10 - le ganó a Racing 2 a 1, en la Bombonera.
Lo que se vio en la transmisión fue, en primer lugar, un altercado del jugador con un plateista que, aparentemente, lo insultó, agravió, o lo que sea. El caso es que Román lo fichó y, cuando marcó el segundo gol, fue a festejarle en la cara al espectador. Aparentemente, los dichos del 10 habrían sido del tipo "Grita el gol ahora". No importan los dichos de Riquelme, lo que importa es el gesto omnipotente y desafiante que implica ir a contestarle al hincha, quien instantáneamente se vio increpado por otros, que también estaban en la platea. El pibe en cuestión tuvo que ser RETIRADO de la cancha para evitar "inconvenientes", o dicho más claro, para que no lo recagaran a trompadas.
Hoy, los diarios se desayunaron con la noticia que un tribunal de La Boca le inició una causa al enganche Xeneize, alegando una falta de "conducta profesional", y que éste último podría ser multado económicamente (una sanción de dos lucas que casi roza lo ridículo) u obligado a cumplir horas de trabajo comunitario, o en su defecto días de prisión. Ja, ¿Se imaginan a Riquelme en la carcel con el Rafa Di Zeo? (?).
En fin, estas cosas hacen al folklore del futbol, le guste a quien le guste. Los jugadores son insultados así todo el tiempo, todos los domingos. Muchos por hinchas de otros equipos (prácticamente todos) y otros, no tantos, por su propia gente. Pero el oriundo de Don Torcuato parece no saber que todos los hinchas de Boca (que son muchísimos) que van a la cancha fecha a fecha pagan su sueldo, que es el más alto de la historia del club; que los presentes NO tienen la obligación de rendirle culto, de hacerle banderas y de corear su nombre; que su actitud desganada y deficitaria en una cancha exaspera a casi todos los extraños pero también puede molestar a algunos del riñón; que la gente no le debe nada, sino que ÉL, como jugador, SE DEBE a su hinchada, porque VIVE de ellos, de la plata de sus entradas, de la actividad que, en definitiva, es de la gente y para la gente.
Es por eso que, desde este blog, se repudia abiertamente la acción de Riquelme. Y quien escribe no tiene nada contra el jugador en cuestión, afinidades al margen. Es más, pienso que es uno de los tres mejores jugadores - acaso el mejor - que haya lucido la azul y oro en toda su historia. Pero su actitud como persona, la extrafutbolística, quedó en evidencia y es deleznable. Como tal, merece ser penada y duramente.
Lo que se vio en la transmisión fue, en primer lugar, un altercado del jugador con un plateista que, aparentemente, lo insultó, agravió, o lo que sea. El caso es que Román lo fichó y, cuando marcó el segundo gol, fue a festejarle en la cara al espectador. Aparentemente, los dichos del 10 habrían sido del tipo "Grita el gol ahora". No importan los dichos de Riquelme, lo que importa es el gesto omnipotente y desafiante que implica ir a contestarle al hincha, quien instantáneamente se vio increpado por otros, que también estaban en la platea. El pibe en cuestión tuvo que ser RETIRADO de la cancha para evitar "inconvenientes", o dicho más claro, para que no lo recagaran a trompadas.
Hoy, los diarios se desayunaron con la noticia que un tribunal de La Boca le inició una causa al enganche Xeneize, alegando una falta de "conducta profesional", y que éste último podría ser multado económicamente (una sanción de dos lucas que casi roza lo ridículo) u obligado a cumplir horas de trabajo comunitario, o en su defecto días de prisión. Ja, ¿Se imaginan a Riquelme en la carcel con el Rafa Di Zeo? (?).
En fin, estas cosas hacen al folklore del futbol, le guste a quien le guste. Los jugadores son insultados así todo el tiempo, todos los domingos. Muchos por hinchas de otros equipos (prácticamente todos) y otros, no tantos, por su propia gente. Pero el oriundo de Don Torcuato parece no saber que todos los hinchas de Boca (que son muchísimos) que van a la cancha fecha a fecha pagan su sueldo, que es el más alto de la historia del club; que los presentes NO tienen la obligación de rendirle culto, de hacerle banderas y de corear su nombre; que su actitud desganada y deficitaria en una cancha exaspera a casi todos los extraños pero también puede molestar a algunos del riñón; que la gente no le debe nada, sino que ÉL, como jugador, SE DEBE a su hinchada, porque VIVE de ellos, de la plata de sus entradas, de la actividad que, en definitiva, es de la gente y para la gente.
Es por eso que, desde este blog, se repudia abiertamente la acción de Riquelme. Y quien escribe no tiene nada contra el jugador en cuestión, afinidades al margen. Es más, pienso que es uno de los tres mejores jugadores - acaso el mejor - que haya lucido la azul y oro en toda su historia. Pero su actitud como persona, la extrafutbolística, quedó en evidencia y es deleznable. Como tal, merece ser penada y duramente.
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