lunes, 16 de febrero de 2009

Por qué "Voy de líbero" banca a Fabbiani.



Update: Desde que vimos esto, el Ogro es el santo patrono (?) del blog.


Los diarios deportivos nos tienen hartos con los chistes fáciles sobre este gordo. Mucho se habla en los distintos blogs que visito: que está inflado por la prensa, que levanta al equipo, que no puede jugar en ese estado físico, que ya es ídolo... Desde la TV venden una comparación truchísima con el Mellizo Guillermo, solventado por el facilísimo chiste "es que Fabbiani vale por dos".

Lo cierto es que el bueno de Cristian lleva dos partidos con River, aunque apenas sume una hora de juego entre ambos. Ese tiempo le alcanzó para meter un gol y generar otro, tirar varios chiches, aguantarla e imponer su juego. El grandote ex Lanús y Newell's empieza a hacerse querer por los hinchas de la Banda Roja.

Muchos lo criticaron por su desplante a Velez, y le achacan su falta de responsabilidad, poco profesionalismo y ser, en términos fáciles, un camarillero. Aclaro que, si yo fuera jugador de fútbol y tuviera que optar entre Velez y River (de existir la posibilidad de ir a cualquiera de los dos clubes) iría sin pensarlo a River, que hasta con todas sus miserias dirigenciales es más - en todo aspecto - que el club de Liniers, aún cuando este es un ejemplo a seguir por su seriedad. Pero a todo esto Fabbiani le agregó al pasión por los colores, argumentando que es del Millo desde chico y que soñó siempre jugar ahí. No sé si no hubiese tribuneado en caso de ir a Boca, diciendo que era fanático del Xeneize, pero no puedo mentir: me pareció genuino. Al tipo le importó poco y, en épocas de desamor por la camiseta, el Ogro se la jugó.

En el aspecto futbolístico, estamos hablando de un jugador cuyo físico actual poco menos que le impide correr. Pero no nos engañemos: cuando empezó en Lanús tampoco corría; es su forma de jugar. Lo del físico es una cuestión superflua. Les recuerdo que Riquelme, nada menos, tiene 30 años pero su físico es de un tipo de 36, mínimo. Su poco apego hacia el trabajo muscular no lo hace menos jugador, ni nada que se le parezca. Y así como está es de selección, gustos aparte. Y Fabbiani también lo es. Porque pocas veces he visto un nueve con semejante potencia y calidad en su conjunto. Puede que su poca predisposición para adelgazar sea un aliciente para no convocarlo, pero es definitivamente un jugador distinto, al que no dudaría en poner en mi equipo, más cuando el resto del plantel es el de River, que está lleno de muertos a quienes la camiseta les queda gigante.

Y ahí está el otro punto. Al bueno de Cristian no le pesa la camiseta. Entra e impone su juego: aguanta la pelota, sin foul revolea a todos sus marcadores, la pisa, junta marcas, cambia de frente, te habla, te saca del partido, se ríe, se divierte. Y como espectáculo, el Ogro te da un show extra, porque es un personaje infrecuente. Los espectadores neutrales estamos agradecidos.

En fin, por lo aquí expuesto es que banco abiertamente a Fabbiani. Y los del Olé también, porque tienen títulos de tapa asegurados por el resto de la vida que tenga el pasquín deportivo.

1 comentario:

Marco dijo...

Te enlazamos en LA PELOTA NO DOBLA.

sALUDOS.