sábado, 22 de mayo de 2010

Inter campeón de Europa


Le ganó con contundencia al Bayern Munich - un veterano en esto de jugar finales - y se alzó con el máximo trofeo del Viejo Continente tras cuarenta y cinco años de sequía.

El partido se jugó a pedir de los de Mourinho. Inter manejó el partido sin la pelota, solventándose en su defensa, que es la mejor del mundo por escándalo, y saliendo rápido de contra, recurriendo ya a los lugares comunes. Lo cierto es que Inter sabe muy bien lo que es atacar y cuando quiere tiene brillo, además una efectividad arrolladora, cuya cara visible es nada menos que Diego Milito, a su vez asistido por nenes como Eto'o - un Ganador nato - la inteligencia de Sneijder y la ductilidad de Goran Pandev.

No obstante, son los bastiones del fondo los verdaderos artífices de este logro histórico para el Inter. Lo que juegan juntos Maicon, Lucio, Samuel y Zanetti no tiene nombre. No se superponen ni un milímetro. Sacan todo por arriba y por abajo. Se relevan con naturalidad. Y claro, teniendo atrás a un arquero superior como Julio Cesar, juegan tranquilos. Calma que se transmite a un auténtico cerebro del fútbol como es Esteban Cambiasso, injusto culpable de la purga de la selección Basilista, y gran ausente del Mundial de Sudáfrica.

Así las cosas, este triunfo de un fútbol a todas luces defensivo reabre un debate que aunque se creyó caduco, tomó vigencia nueva en 2009 en el país, y retoma un lugar internacional. ¿Ganar o Jugar bien? es la pregunta. Desde aquí nos permitimos reformularla.

Porque jugar bien es una cosa, y jugar vistoso es otra. No son redundantes una cosa y otra. Si el juego tiene dos aristas, una para atacar y otra para defender, se puede lucir en una de las dos, y se hablará de un gran equipo. Quienes promulgan la ofensiva como la mejor alternativa viable parecen incapaces de entender lo que significa el aspecto defensivo del deporte, desmereciéndolo totalmente. "Colgarse del travesaño" fue y es visto como un deshonor para la moral cuasi victoriana de aquellos paladines del juego tan gustoso de ver.

No obstante, desde aquí en VdL humildemente opinamos que un equipo usa las armas que tiene, y que defenderse de equipos como el Barcelona requiere una colocación prodigiosa, un laburo de relevos tremendo, tener "cuatro ojos" para no despegarse ni un milímetro de la línea que está atrás tuyo y visión clínica para aprovechar las bondades que te pueda dar el rival. ¿Qué tiene eso de bajo o reprobable? Para nosotros, es tan válido como la circulación constante de la pelota, buscar poner al rival de costado y apostar al desequilibrio. Son elecciones, diría nuestro mentor (?). Una no es mejor que la otra. Aunque muchos piensen que sí.

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