miércoles, 18 de junio de 2008

De internas

¿Quilombero yo?


Después del agónico empate de la selección ante su gente, surgieron los primeros rumores acerca de posibles confrontaciones en el seno del plantel. Es normal que pase esto, sobre todo cuando la pelotita no entra, pero a nivel clubes. Y si, además, el escándalo tiene como protagonistas a Juan Román Riquelme y a Lionel Messi, el tema se vuelve más interesante.
Yendo al centro de la cuestión, se rumorea que el crack del Barcelona estaría harto del trato preferencial que recibe el 10 de nuestra selección y de Boca, y de ciertas actitudes que éste habría tenido. La frase "Ya no soporto más a Riquelme" circuló por más de un medio deportivo, dejando entrever una clara separación entre los dos, considerados por el dt Alfio Basile como piezas fundamentales en su equipo.
Se habló también de otras suspicacias: que Grondona habría tomado parte (en favor de la Pulga) en el conflicto, que éste vendría desde el mundial de Alemania 2006. Pero lo cierto es que ambos jugadores desmintieron enérgicamente la información en sus respectivas declaraciones. A esas refutaciones se sumaron las del mismísimo Don Julio y las de Juan Sebastián Verón, que fue tachado por los medios como "mediador".
No obstante, y sin ánimo de ofender a la parcialidad boquense, bien conocida es la fama de "camarillero" atribuida al enganche xeneize, que según las malas lenguas provocó, entre otras cosas, su salida del Barcelona y del Villareal - posteriormente - tomando esta última relevancia por el conflicto que tuvo "Romy" con el DT del club español, el chileno Manuel Pellegrini, y que le costó seis meses de inactividad.
Es difícil saber la veracidad de lo trascendido, lo cierto es que no se trata de fútbol vernáculo. Es la selección. Y por lo tanto, no debería haber conflictos relacionados a diferencias personales, ya que ahí no entran en juego los "códigos de vestuario" que tanto influyen en los clubes. Cualquiera que sea el problema, si es que realmente hay un problema, debería quedar relegado ante la prioridad de llevar a la albiceleste a lo más alto, que es lo que realmente espera la gente.
Igualmente, mucho tiene que ver esto con el bajo nivel mostrado en la última presentación del domingo. Un triunfo ante Brasil hoy seguro aplacará un poco los ánimos, y los murmullos sobre internas desaparecerán de los encabezados.

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