domingo, 14 de febrero de 2010

A muy corto y corto plazo.

En Racing rajaron a Claudio Vivas. El ex técnico de Argentinos Juniors abandona así el club después de un periplo de once partidos, de los cuales perdió siete y ganó cuatro. No empató.

Así se cierra un ciclo en el cual el club vivió una vorágine impensada ante la cual se puso el traje de candidato, lo tuvo puesto un par de horas, y tuvo que devolverlo porque era de alquiler (?). Luego al promisorio arranque contra Central, perder tres partidos era demasiado para la paciencia de hinchas y, sobre todo, dirigentes, que invirtieron más de diez millones de dólares en el plantel profesional, para mantenerlo en la categoría.

En una retrospectiva, a Vivas le quedaba grande el banco de Racing. Sólo quince partidos dirigidos en el Bicho, de los cuales sacó doce puntos en total. Se lo respaldó por su contracción al trabajo, su apego a la táctica, el temita de los videos, los conitos, las cintitas. Que es más que loable: hay que tener tantas ganas de laburar (?). Pero su poca experiencia como DT de primera, sumado a la mala experiencia, dejaban más que serias dudas sobre su posible rendimiento.

No obstante, Racing estaba muy mal en ese momento, remando como podía con los matungos que había dejado Caruso. Conscientes de que los milagros no suceden así de sencillo, se omitieron los partidos que Vivas dirigió el torneo pasado, porque hasta con Van Gaal de DT iba a perder el equipo.

Así llegó la pretemporada; excelentes resultados en el verano (terminando invicto y ganándoles a River e Independiente) y el debut con Central. A esta altura los diarios estaban obnubilados. Racing era campeón. Tenía que serlo. Que coinciden tal y tal, que la ilusión de la gente, que el promedio también apretaba en ese momento. Todas excusas para vender.

Ahí empezaron las derrotas. Primero con Colón, que era esperable y hasta predecible. Luego con Arsenal, que resultó un golpe durísimo para las ambiciones del equipo. Después de un interregno de "Racing tendrá que mejorar si quiere pelear el campeonato", "el juego no aparece", se llegó al "Ayala, Licht, Hauche, Bieler, ¿Le van a alcanzar para salir del descenso?". Todo eso pasó en dos semanas.

Ahí salió a la luz lo evidente. "Cuatro refuerzos de jerarquía no alcanzan para balancear a un equipo que se iba a la B el año pasado". Y no, la verdad que no alcanza... ¿Pero qué, se dieron cuenta cuatro fechas después? Porque primero, con el "Racing se ilusiona" de las tapas, sí alcanzaba para ser campeón. Y ahora no. Aunque es discutible; a Huracán con Cappa le alcanzó, y seis meses atrás era el peor plantel de Primera.

Esa propaganda increíble que formaron los medios la compró la gente de Racing y de otros equipos. Pero como lo que atañe ahora es lo que pasó en Racing, nos centraremos en sus hinchas. Los que sí se comieron el buzón mediático, no pudieron aguantarse que su equipo de estrellas perdiera tres veces consecutivas. Empezaron las puteadas, se acordaron que el equipo estaba a dos puntos del descenso directo. Y la derrota con Gimnasia fue la gota que derramó el vaso.

Claramente es una decisión apresurada. Con Vivas trabajando, sólo se jugaron cuatro partidos a su manera. Y con eso sobre la mesa, se tomó la decisión de cesantear un trabajo que sí se venía realizando, aunque sin los resultados esperados. La fuerte apuesta económica, la urgencia de liquidez deportiva inmediata, fueron determinantes en la decisión, que deja al equipo otra vez a la deriva. Y todo, en dos semanas.

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