viernes, 18 de julio de 2008

Ay Racing...

La paz está lejos de las puertas del club de Avellaneda. Los jugadores, incentivados por la FAA (Futbolistas Argentinos Agremiados), decidieron no volver a entrenar hasta que la flamante asociación civil se digne a pagarle las deudas que mantiene con ellos. Deuda que ni siquiera le corresponde a Racing, sino a Blanquiceleste, que se fue y dejó al club en un bardo total, sin dudas peor que el que desembocó en la llegada de dicha empresa, diez años atras. Así, el plantel difíclmente haga una pretemporada en Mar del Plata - como corresponde y como estaba previsto - y Racing pierde tiempo valioso y le cede una gran ventaja a sus competidores, de cara al torneo que viene, en el cual su situación con el promedio no es la mejor.
En otro orden de cosas, Matías Sanchez rescindió su contrato, y es muy posible que continue su carrera en Estudiantes, club con el que tenía un arreglo previo.
Qué se yo... Los jugadores son profesionales, y siempre y cuando haya irregularidades en sus situaciones, están en todo su derecho a reclamar. Pero por otra parte, no conozco a ningún jugador de fútbol que se desempeñe en primera división que sufra penurias económicas. Racing mantuvo contratos bastante elevados, y el dinero que se adeuda no corresponde a los sueldos de los players, sino a premios y primas. Entonces, ¿Cómo viene la mano? ¿A quién creerle, a los popes (interventor y órgano fiduciario) o a los que salen a la cancha? Siendo más extremista aún, ¿Alguno de todo ese grupo quiere realmente el bienestar del club, ver a Racing campeón y/o en las copas? La verdad, no lo sé. Todavía falta para que arranque la nueva temporada, pero en la Academia ya hay problemas. Como hincha, lo único que ruego, es que se hagan las cosas bien, y que de una vez por todas la institución esté donde nunca debió dejar de estar: arriba.

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