Leí un post imperdible en El blog de Toto, acerca de la publicación de Juan Pablo Varsky, quien así define al Boca '98-'08. Sobre esto me gustaría hacer una reflexión.
Es muy difícil determinar qué parámetros sirven para medir la calidad de un equipo de fútbol. Es decir, cuando uno menciona, por ejemplo, a la Naranja Mecánica del '74 (equipo al que no vi nunca), relucen enseguida cuestiones como la del famoso fútbol total, o se exacerba la figura de Johann Cruyff. Lo mismo con el Santos de Telé Santana, a nivel local el Argentinos del '84, u otros menos afortunados, pero quizás igual de buenos.
Sería suicida afirmar que un equipo es el mejor de un período de tiempo, sabiendo que es imposible compararlo, o mejor dicho enfrentarlo, con otros que han trascendido en el país a lo largo de la historia del deporte, como el River de Ramón (por citar alguno), que también tuvieron lugar en el último medio siglo.
Pero prefiero focalizar sobre el equipo en cuestión, al que sí pude ver. Boca, en los últimos 10 años, ha ganado infinidad de títulos. Algunos de enorme magnitud internacional, y otros no tanto. Nadie va a decir que la Intercontinental contra el Real Madrid es menos que la Recopa que obtuvieron hace poco. Pero todos, en su conjunto, han puesto al club xeneize en lo más alto a nivel lauros internacionales, superando a grossos del ámbito como Juventus o Independiente. Muchos dirán que las copas que ostenta Boca no son comparables a las siete Libertadores del club de Avellaneda, por ejemplo. Tantos otros podrían agregar que el fútbol es mucho más parejo ahora, o que era más difícil conseguir un título antes. Pero eso no tiene que ver con la cuestión: quién sabe cómo resultaría un partido entre el Rojo del '85, que con Bochini paseaba a todos, y el Boca de Bianchi que ganó todo.
A nivel futbolístico, sí me aventuraría a decir que no he visto a la azul y oro desplegar un fútbol revolucionario en ningún momento, ni nada por el estilo. Podría decir a su favor que es un fútbol tremendamente efectivo (sobre todo con el Virrey), pero muy repetitivo en sus variantes y a veces tedioso. Nada que no se haya visto en su momento, ni una maravilla para los ojos. No obstante, una década le sobró para posicionarse en la élite mundial. Creo que esto podría atribuirse a infinidad de cuestiones:
- La existencia de más certámenes internacionales para jugar, que permiten engrosar el palmarés más rápidamente.
- El momento económico, social y cultural del país, por ejemplo. Hace 30 años, el fútbol argentino era, se podría decir, más "jerárquico": los jugadores no se escapaban a Europa con 25 partidos en primera, y algunos hasta jugaban toda su carrera en un club, como Bochini, o en menor medida Passarella, que fue a Europa pero volvió.
- Otro aliciente podría ser llamado "momento futbolístico": no creo que haya habido tantos jugadores de calidad en una generación, como ahora. Argentina se encuentra en un momento prolífico en la formación de jugadores, y los equipos del viejo continente se encuentran atestados de compatriotas.
- Otro item tiene que ver con el momento que atraviesa Sudamerica, porque la mayor parte de los títulos que ostenta Boca son a nivel continental. La incapacidad de los clubes para retener a sus jóvenes los debilita tanto a nivel local, como frente a otros países.
- Sólo Argentina y Brasil son canteras renombradas de jugadores. Las demás naciones, en muchas ocasiones, no cuentan con el presupuesto humano ni económico para afrontar apropiadamente las copas, o presentar equipos competitivos.
Y aquí existe un aspecto único: El hecho de que Boca haya mantenido a una camada que es conocida como la "generación ganadora".
Ésta generación es la que ha festejado infinidad de títulos, y que incluye a gente como Battaglia, Ibarra, Palermo, el Mellizo, Riquelme, Abbondanzieri o el Chelo Delgado, y en menor medida algunos como Serna o el patrón Bermudez. Sin contar a los que fueron baluartes en un determinado momento, y después partieron: Burdisso, Cagna, Samuel, o ahora Palacio, que no se fue pero tampoco está hace 15 años en el club. Todos ellos jugadores de nivel, convocados más de una vez a su selección, pero pocos (Riquelme, el Pato, Burdisso acá ) de real trascendecia con esa camiseta. Todos ellos curtidos en esto del triunfo, pero casi nunca la primera variante para lucir la casaca de su patria.
El hecho de que se mantenga una base de veteranos permite identificar una especie de columna vertebral, que no ha tenido ningún otro equipo en el continente durante este tiempo. Esto puede comprobarse observando que Boca no tiene un "gran rival", un equipo que haya perdurado en Latinoamérica en estos diez años. Esto habla de una enorme viveza dirigencial, principalmente llevada a cabo por Macri.
Bajo un aspecto meramente futbolístico, no creo que esta versión de Boca quede en los archivos como un equipo que haya dado cátedra de fútbol champagne, o uno cuyos integrantes hayan sido los mejores en su posición. Un equipo, se sabe, trasciende a los once apellidos. Y hablamos de un equipo que, definitivamente, conoce su propia dimensión, y aprovecha sus talentos individuales muy bien. De ahí su destacada efectividad. Pero afirmar que fue el mejor me parece, según mis gustos en el fútbol, temerario.
Pero bajo otra óptica, podemos decir que el fútbol es, ni más ni menos, un espectaculo. Un show, aunque su propio "folklore" trascienda estos límites. En este espectro del deporte, Boca fue el más exitoso, el que más alegrías le dio a sus simpatizantes. En ese sentido - que es fundamental - muy probablemente haya sido el mejor. Y eso es a lo que se refiere Varsky
Capaz me chupé el clavo del Olé. Pero algo para mí es seguro: este Boca definitivamente se instauró en la historia del fútbol argentino.
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