viernes, 15 de agosto de 2008

LLegué a una conclusión.

Capaz es muy mala leche lo que voy a decir, y seguro es algo que más de uno debe haber pensado.
Pero lo cierto es que viendo ahora el mambo de Beijing, cómo los chinos y los yanquis se matan por ver quién consigue más medallas que el otro, en disciplinas que acá varios deben haber pensado - me incluyo - "¿Pero quién carajo puede ser aficionado a esto?", me dio a pensar que nuestro país, que Argentina, literalmente no existe en deporte.
Porque, si bien se han conseguido lauros en algunos deportes, como ser el bendito fútbol, rugby, básquet, hockey femenino, golf, boxeo y tenis (éstos más regularmente) sumado a algunas victorias aisladas, como en natación por ejemplo, o en clase tornado, ciclismo, me aventuraría a nombrar al voley, o ahora con el Judo (con el bronce que se ganó), que han sido muy esporádicos, Argentina sólo cubre un porcentaje mínimo de todos los juegos, y por eso nunca se aspira a ganar, por ejemplo, quince medallas de oro.
Ningún tipo de gimnasia tiene alguna historia reciente, no hay velocistas, nadie practica lanzamiento de nada (ni disco, ni jabalina, ni nada) y los pocos que compiten en deportes que acá sin ninguna duda son "raros" por la poca difusión, por ejemplo los garrochistas García y Chiaraviglio, Santiago Fernandez en remo, Gonzalez Viaggio en esgrima, y otros más seguramente, no están a la altura de la élite de su propia competencia. Y digo esto con la menor mala leche, trato de ser objetivo. Porque es posible que pudieran dar más.
Aunque "posible" es muy optimista de mi parte. Porque cada evento nos hace recibir noticias al estilo "Fulano (representante argentino) tuvo un buen desempeño pero quedó lejos. Su bote (por ejemplo) estaba en pésimas condiciones y tenía 15 años de uso". Lo que significa que el deporte acá no es subsidiado, ni promovido, ni nada. Acá te televisan hasta la primera C (o al menos se quiso) y en televisión laburan no sé cuántos periodistas deportivos que lo único que saben es de fútbol, y ese "saber" es MUY subjetivo. Pero ahora, si me preguntás cuántos periodistas expertos en, ponele, gimnasia artística hay en el país, no tengo idea, pero te diría que no debe haber acá, porque cada vez que tengo la chance de ver algo de eso por TyC sports lo conduce Gonzalo Bonadeo, que también está en remo, esgrima y en lo que sea que le pongan en pantalla. Lo que labura el gordo es impresionante. ¿Duerme?
Lo que quiero decir es que todas las esperanzas están puestas en la selección de fútbol y en básquet, porque sabemos que son los que ganaron en 2004, y después esperamos siempre batacazos. Batacazos que no se producen porque los competidores no están a la altura de las circunstancias (salvo excepciones). Y si a eso le sumás un posible recambio generacional (en natación por ejemplo), las posibilidades son muy pocas. Ahí salen todos como idiotas diciendo que es una verguenza (como yo acá), que no puede ser la poca manija que se le da a algunos deportes. Se hace un poco de escándalo y después nada cambia, para dentro de 4 años volver a rompernos la cabeza contra la pared.
Sé que no gano nada escribiendo esto, pero siento que podríamos lograr mejores papeles, porque si se producen revelaciones en algunas de las competencias, es porque existen deportistas argentinos no-futbolistas que tienen talento. Y si ese talento se fomenta, a lo mejor uno de esos pibes que gana el oro en las pesas, podría ser compatriota. Y como todo argentino, me gusta el éxito.
El único método para lograr esto es trabajando. De cualquier otra forma, el único medallero que se llena es el de las desilusiones.

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