martes, 14 de octubre de 2008

Especie autóctona

Vuelvo al ruedo después de un parate (?) por el fin de semana largo. No es mucho lo que digo, sólo aclaro que me parece increíble que se arme tanto revuelo por los dichos del "vasco" Horacio Usandizaga: el presidente de Rosario Central escupió verdades a mansalva. Aunque haya terminado todo su discurso con un poco diplomático y reprochable "los voy a matar a todos", el resto de sus dichos cuadran a la perfección con la actualidad de la Acadé Rosarina. Es claro que este tipo es un poco más sacado (?) que el rosarino promedio, pero, a mi juicio, está trabajando en el club para sacarlo adelante. No sé detalles, ni tampoco es que soy hincha de Central (?), pero ahora sólo queda esperar a ver cómo le va a Alfaro.


De la selección no voy a hablar. Sólo voy a juzgar el fútbol del equipo cuando haya tres pases seguidos, y el sábado no los hubo, tanto por la violencia de los uruguayos (más la permisividad del peor árbitro que haya visto en mucho tiempo), como la poca entereza mental de los nuestros, que entraron en el juego de las patadas como locos. Lo único digno de verse fueron los primeros veinte minutos, y "digno" es un término que uso sabiendo que se llegó al gol por dos centros mal defendidos. No hubo proyección por las bandas, no hubo sorpresa ni explosión. El juego centralizado que pregona Argentina favorece la tendencia violenta de los partidos, porque no se descomprime la pelota lateralizando y las piernas se acumulan en el sector medio, desembocando en asperezas, que luego se transforman en infracciones fuertes.

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